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"Hay que ser como los lobos, fuertes en solitario y solidarios con la manada".







Observando la hora en el reloj suspiro por milésima vez mientras llevaba uno de sus dedos hasta su boca y comenzando a mordisquearlo, recibiendo un fuerte golpe en la nuca que casi lo noqueo, causando que hiciera un marcado mohín con sus labios mientras se volteaba para ver a su padre adoptivo fruncirle el ceño en desaprobación, pues desde que se conocieron Baekhyun siempre lo regañaba por morder sus uñas, la piel de sus dedos o pellizcar la piel de sus brazos, todo por la ansiedad.

Y es que ver como los minutos y las horas pasaban una tras otra y él seguía allí, vestido para su unión con Nayeon a espera de que Yoongi apareciera para detener todo y llevarlo con él. Aunque después de escuchar aullidos en alguna zona del bosque dudaba que el plan que habían hecho se llevara a cabo, en especial luego de no ver a Taehyung hace horas, cuando se suponía iría a dejarle comida al alfa y al vampiro para volver y estar junto a él en el momento de la ceremonia.

Pero allí estaba, sin su mejor amigo y sin información sobre su prometida o los padres de esta, causando que su ansiedad se triplicará y que el castaño omega a su lado comenzará a sospechar.

-Park Jimin, habla ahora. -La dulce voz de su padrastro lo espantó, en especial al ver como caminaba hacía la puerta de su habitación y la cerraba con llave, intentando darles privacidad.

-No se de que habla... -Murmuró encaminandose vacía la ventana y frunciendo el ceño al ver el aluvión que cubría a su pueblo.

No se pronosticaban lluvias hasta dentro de una semana, pero en ese momento el cielo parecía caerse con la intensidad de la lluvia, los fuertes truenos y los relámpagos que iluminaban el cielo. Le gustaría creer que era producto de la bondadosa Diosa Luna que intentaba detener su unión con la manada Kim, dándole leves esperanzas de que quizás el alfa en algún momento llegaría y solo había sido detenido por el inesperado clima.

De repente las suaves manos de Baekhyun acariciaron sus hombros en un suave masaje para destensarlos, agradeciéndole con una suave sonrisa mientras dejaba escapar un suspiro demasiado largo para gusto de su padre.

-Te conozco desde los ocho años Jimin, no me puedes mentir a mi, quizás a Chanyeol si, pero no a mi. -Girando levemente su cabeza se encontró con la amable sonrisa del mayor.- Soy omega igual que tu, y como omega se cuando un compañero esta sufriendo por la falta de su alfa.

-¿Cómo...? -Dejando la pregunta al aire se dio un golpe mental, y es que la respuesta era fácil.- Yeonjun.

-No hay nada que mi cachorro no me cuente, así que señorito ¿Quién es ese misterioso alfa con aroma a café?

Con un último suspiro de resignación Jimin se acercó a su cama y tomó asiento, invitando al omega mayor a hacer lo mismo quien sin perder el tiempo se sentó a su lado, animandolo a hablar con otra de sus bonitas sonrisas, de esas que años atrás habían enamorado al viudo líder Park Chanyeol.

El rubio omega nunca olvidará el día en que su padre llegó a casa con una nueva pareja, dándoles la noticia a dos pequeños de ocho y tres años que se volvería a casar después de exactamente tres años de la muerte de su madre, de Park Sandara. En un inicio ni Jimin ni Jihyo se tomaron a bien esa unión, pero luego de meses conviviendo con el bonito joven de castaño cabello, sonrisa resplandeciente y personalidad infantil, entendieron porque su padre se había enamorado. Y es que la muerte de la madre de ambos había sido un golpe doloroso que ningún niño debería vivir, menos si la muerte había sido producto del nacimiento de uno de ellos.

Park Sandara había muerto la noche en que dio a luz a su hija producto de una hemorragia que los médicos, ni con todo el conocimiento y el esfuerzo del mundo, pudieron detener. Por mucho tiempo y ya siendo consciente del mundo, Jihyo se culpo por la muerte de su progenitora, siendo ayudada por su hermano mayor a sobrellevar esa carga y es que si él no la culpaba de ello, y su padre tampoco, no tenía porqué creer que era su culpa. Sólo había sido la Diosa Luna llevándose a una de sus más fuertes guerreras para acompañarla en el cielo nocturno a espera de la familia que tanto amo.

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