¿CUÁL?

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Mauro miraba a Alejo, sin palabras.
No creyó realmente que su amigo aceptase la idea que había tenido, pero por otro lado, este tema era de los últimos que les faltaba para cerrar el disco, y el beat era increíble, no lo podían dejar pasar así nomás. Por otro lado, Mauro sabía que no hay nadie más preocupado y disciplinado con su trabajo que YSY, incluso si a veces podía llegar a ser algo... Irresponsable con su salud y las sustancias.
Dejando esto de lado, Mauro miró a Alejo a los ojos, con la cabeza dándole vueltas sin parar.
-¿Estas seguro boludo? Mira que los dos estamos bastante despegados, capaz que la idea me vino por el faso nomás... No estás obligado a hacer esto.- Intentó arreglar Mauro, con la esperanza de que su amigo pensase mejor la propuesta que el mismo había dado en un principio.
-See, ya fue, ¿aparte que vamos a perder? Aparte de tu virginidad claro, porque jugas LOL todo el día, no creo que la hayas puesto en tu vida amigo - bromeó Alejo, para alivianar el ambiente.
-Que hijo de puta que sos- Duki empezó a reír, sintiéndose más seguro.
-Bueno dale, hay que apurarnos porque el negro no se puede pasar la noche en el estudio.- Apuró YSY, sorprendido de su propia prisa.

Mauro y Alejo intercambiaron la misma mirada enrojecida, achinada y cargada de mil y un palabras que nunca se habían dicho, y que, al menos por esa noche, no se dirían.

Mauro termino de acortar la distancia entre el y Alejo, pensando que quizás, estando en un estado más sobrio, pensaría que se habían vuelto locos, pero lo hecho hecho estaba, y allí se encontraba, realizando un feroz intercambio de labios con quién en algún momento consideró su mejor amigo, pero que ahora le causaba tantas dudas, que esa palabra ya no contenía a Alejo en su significado.
Se separaron por falta de aire, y tras una minúscula mirada, volvieron a besarse como si ese fuese su último día de vida.
Mauro comenzó a tantear el abdomen de Alejo por debajo de su camiseta negra, acariciando la piel tan suave de su compañero.
Había imaginado mil veces esta situación, pero no sé comparaba con la realidad, demostrando, una vez más, que la realidad supera la ficción.
YSY podía ser muchas cosas, pero tímido? Ni de broma.
Le devolvió las caricias a Mauro, acariciando su espalda con desesperación, mientras dejaba que su ya no amigo le devorase los labios, ya fuese porque estaba quizá un poco cansado gracias al efecto de los narcóticos, o simplemente porque no tenia experiencia en la homosexualidad, pero en ese momento sentía que no sabría cómo guiar el beso, se quedaría en eso.
En cambio, Mauro parecía saber bien lo que hacía.
¿Habría tenido ya experiencias con hombres?
Esa duda se instaló en la mente de Alejo, entonces decidió que, por mucho que Mauro ya hubiese tenido relaciones con chicos, está noche iba a ser inolvidable, e insuperable.
Esa afirmación, pues, salió desde el fondo de su cabeza, la "voz" de YSY A, la que no le tiene miedo a nada, esa parte de el que sabe quién es y dónde está.
Pero la voz de la razón susurraba en un rincón, pidiendo un stop en todo lo que estaba pasando.
Gracias a Dios o a lo que sea que hubiese consumido Alejo, esa voz fue bajando el volumen hasta apagarse, y fue esto lo que permitió a Alejo sacarse los pocos frenos que le quedaban.
Mauro bajó sus labios hasta el cuello de Alejo, dejando una mezcla de besos y chupones a lo largo de este.
Alejo se estremeció, jamás le habían hecho un chupón, lo cual es sorprendente, ya que, de los dos, él era el más activo sexualmente. Sin embargo, quizás por su personalidad mayormente activa, nunca había recibido más que un par de besos con labial rojo en el cuello.
Pero estos eran fáciles de sacar, si se era precavido, casi hasta inadvertibles.
Los chupones que le hacía Mauro, en cambio, eran algo que le recordaría quizá por más de un día lo que en ese momento pasaba en esa habitación, la habitación del pobre Neo.
Entonces Alejo pensó que quizás esto estaba relacionado con su propia situación. Podía acostarse con cualquiera, besarse con las mujeres más bellas de Argentina, pero eso era solo una ilusión, algo efímero.
En cambio sus sentimientos por Mauro, por Duki, eran diferentes.
Habían estado juntos por tanto, habían pasado por cada cosa, que en ese momento lo único que pudo pensar Alejo fué: "Hoy vamos a andar más juntos que nunca, mi amor"*¹

Finalmente el besuqueo inocente fue interrumpido a medias por una mano, bajando por el pecho de Alejo hasta el cierre de su bermuda*².
Mauro subió la mirada y paró de besar a su amigo, mirándolo con seriedad a los ojos.
-¿Querés parar? Porque yo sé que capaz me estoy yendo a la mierda.- le dijo a Alejo, con inquietud de estar haciendo algo mal.
-Entonces nos vamos a la mierda juntos, si te vas a avergonzar de esto entonces mejor que yo también tenga de que avergonzarme loco.- Cerró Alejo, sonriendo.
Se miraron con una conexión de ensueño. Otras personas darían el encuentro por perdido, se bajarian de la experiencia.
Pero Mauro y Alejo no habían perdido ese fuego que había arrancado ya hacía 20 minutos, ya no lo hacían apurados, no tenían prisa. Que Yesán se tomara el palo si quería, ellos no parecían querer parar lo que habían empezado.
Entonces, simplemente, Alejo volvió a unirse con Mauro en un beso, esta vez teniendo más iniciativa, y permitió que esté volviese a recorrer su abdómen, está vez bajando, de nuevo, al cierre de su bermuda. Lo bajó y despojó también a Alejo de su camiseta y de la suya propia, ya ninguno las necesitaría.
Entonces, finalmente, bajó sus propios shorts, con una extraña ansiedad.
Llegó el momento que ambos esperaban.
Apagaron las luces, y se juntaron bajo las sábanas.



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⏰ Last updated: Apr 30 ⏰

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