❈•≪32. Final≫•❈

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—¿Haz pensado en mi petición?

JongIn levantó su mirada, fijándose en los ojos serenos de la mujer ante él. Esperando pacientemente por su respuesta.

Y consciente de ello, se dedicó a elaborar una.

JongIn honestamente se había tomado el tiempo de considerar la petición de su psicóloga con respecto a la participación de KyungSoo en una de sus sesiones. Aunque siendo precisos y claros, el más bajo tendría una sesión privada con la mujer sin estar él en ella.

Al principio su reacción fue de negarse rotundamente a la idea, incluso tiempo después cuando volvió a ser traída a colación, él no cambió de parecer y su reacción fue la misma. Un acto inconsciente y casi podría decirse que instintivo. Pero cuando halló el momento justo para reflexionar sobre ello, lo hizo.

Había divagado entre muchos pensamientos sin quererlo, pensado en reacciones de las que no podía tener el mínimo de idea e imaginado un sin fin de escenarios que, se reducían a lo anterior mencionado. Su incapacidad por predecir o imaginar cómo resultaría algo, aunque sea en el aspecto más mínimo.

Y en algún punto de su compleja reflexión, su respuesta no mutó. Volvió a ser negativa. Y le sorprendió, entre tantos pensamientos creyó vislumbrar el positivismo, pero se equivocó.

—Creo que mi respuesta hoy, no será diferente a la anterior.— murmuró en un suspiro—. Lo siento.

—No te disculpes.— pidió la mujer con amabilidad, sonriéndole—. ¿Aún no te sientes preparado?

El hombre asintió, desviando su mirada unos segundos—. Puede no ser lógico, pero la incertidumbre de qué pueda suceder, me es incómoda. Y por el momento, prefiero evitarla.

—Está bien. No debes sentirte presionado al respecto, ¿de acuerdo?

Y a pesar de que JongIn asintió firmemente, sabía que la situación en sí, le ponía nervioso y sin lugar a dudas, creaba ciertas presiones en él que tal vez, no debería de sentir.

—Bien, como ya mencioné en una sesión anterior. No nos veremos hasta mediados de enero por lo que, si hay algo que quieras compartir, adelante.

Ladeando su rostro, el moren negó—. Considero que no lo hay.

—¿Seguro?

—Es simplemente mi percepción.

La castaña asintió, viendo su libreta por unos segundos. Los suficiente como para que el silencio no se propague entorno a ellos.

—La última vez que mencionamos tu medicación fue hace dos semanas, ¿qué puedes decirme de ella ahora?

—No mucho.

La mujer ladeó una sonrisa y asintió—. Ya veo. ¿Tus dolores de cabeza desaparecieron?

—Luego de reducir la dosis, así fue.

—¿Qué me dices de tus mareos?

—Suceden con menor frecuencia.— y ante la mirada significativa de la mujer, se obligó a pronunciar más—. Mayormente en la mañana suelo despertarme turbado de mi entorno.

—¿Tu alimentación se mantiene, cierto?— JongIn asintió cortamente—. ¿Haz sufrido de temblores?— tomándose el tiempo debido para pensar en ello, negó—. Si para enero los mareos prosiguen o incrementan, lo mejor será considerar un cambio de medicación inmediato.

—¿Es necesario?

No era una queja, simplemente una interrogante curiosa. No habían platicado demasiado de los efectos secundarios que produce el dejar una medicación por otra, pero él se había sentido lo suficientemente curioso como para investigar por su cuenta. Y si bien no era tema serio, el problema erradicaba en el hecho de que, su cuerpo y cerebro deberían pasar otra vez, por el proceso de acostumbramiento.

𝕽𝖊𝖆𝖑 𝕰𝖓𝖌𝖆𝖌𝖊𝖒𝖊𝖓𝖙 ║ᴷᵃⁱˢᵒᵒOù les histoires vivent. Découvrez maintenant