-Treinta días con Ghost y König- (Versión chico)

Día 2: Declaración termina "mal"

 Milo es parte de la armada militar, se podría estereotipar que en estos casos el individuo se estricto y serio, pero es todo lo contrario. Tiene una vida social increíble, tanto dentro como fuera de su trabajo, sin mencionar su excelencia al servicio. Aun así, hay una cualidad que lo destaca aun mas... Es demasiado coqueto y socarrón. 

 En uno de sus globos sociales se encuentran sus buenas amistades con el dúo iconico, Ghost y König. Aun que el, a diferencia de ellos, solo los ve como amigos. En cambio, ellos lo ven como alguien hermoso, magnifico, talentoso y especial, todo menos como un amigo. Ambos, si, leíste bien, ambos esta en un profundo e increíble trance por este muchacho, lo quieren, lo aman y lo desean, aun que no tengan el valor para demostrarlo. Mueren por hablarles de sus sentimientos, de confesarse, pero e especial, de domarlo en la cama. Esos deseos carnales son aun mas fuertes que todas las otras sensaciones, estos los corrompen todas las noches manifestándose en las mañanas con claro sudor, manchas en sabanas y ropas, junto con una urgente ducha helada para calmar cierto bulto. Y así, damas y caballeros, pasaron los siguientes, ¿Que? ¿Seis meses?¿Nueve, quizás?, ya habían perdido la cantidad de veces en las que deseaban que sus fantasías se cumplan. 

...

- Vamos, König, ya es hora. Hay que hacerlo -Hablo con seriedad Ghost.

- Pero ¿Y si nos rechaza?, ¿Que haremos si eso sucede? -Respondió con cierto temor atorado en su garganta.

- Es un riesgo que estoy dispuesto a tomar, ya no lo soporto, lo quiero conmigo y no soporto que el no lo sepa. 

- No lo se, es muy arriesgado, Ghost...

- Dale, König, ponle el pecho a las balas por una vez en la vida -El contrario puso una cara de obviedad- Ah-, osea, en sentido figurado, ya sabemos en la realidad. 

- Agh, de acuerdo... ¡Si sucede algo, sera tu culpa!

- Si, si, si. 

...

- Repiteme por que acepte venir -Decía König caminando en círculos con nerviosismo.

- Ya cálmate, niñita -Callo Ghost, tomando una bocanada de aire, junto con el valor para tocar la puerta de aquel cuarto. 

- P-peroy si- -Sus lamentos no llegaron a mas, pues el mas bajo de ambos toco firmemente aquel elemento de madera, esperando a que el chico de sus sueños les abra. 

 Unos dos o tres segundos mas tarde se oyó un  "ya voy", desde adentro de la habitación, la cual fue descubierta tras que el muchacho mueva la perilla y salude a sus amigos. Se notaba a distancia que seguramente ese era su día libre y que se encontraba comiendo y viendo una película, pues sus prendas eran conformadas por un remeron grande y holgado, que permitía una esplendida vista hacia su cuello y hombros, pero el detalle principal es que su parte baja solo era cubierta por su ropa interior. 

- ¡Hola! -Saludo con alegría- ¿Que trae a mis amigos mas guapos aquí? -Pregunto apoyándose en el marco de la puerta con una sonrisa socarrona. 

 Los dos mas altos estaban en shock, sus mentes no podían procesar la magnifica vista que tenían enfrente, era como un sueño hecho realidad. Con gran esfuerzo, König, se auto-obligo a locutar. 

- Eh... Nosotros solo queríamos... ¿Podemos pasar? -Tartamudeo rascando su nuca e intentan no ser tan obvio. Ghost asintió a lo que el dijo como muestra de que ya había cobrado conciencia. 

- Oh, claro -Contesto el y se hizo a un lado para que ingresen- Disculpen los malos modales, ¿Como podría compensarlos?~ -Ronroneo de manera juguetona. Los otros se miraron entre si y tragaron grueso- Ya, ya, ya, basta de juegos, ¿Que sucede? -Pregunto fisgoneo.