CAPITULO 01

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Narrador Omnisciente

New Jersey, 1999

A mediados de abril, más específicos, el 14 de ese mes, en un parque a las afueras de la ciudad, se encontraba una niña explorando los alrededores del lugar, mientras su madre leía concentrada una novela en los bancos de madera.

Alessia era una niña de apenas 5 años, que, a los ojos de Diane, su madre, vislumbraba talento y un gran futuro; tenía habilidades que la mayoría no poseía, su madre desde que ella nació sintió un orgullo inexplicable, como si supiera que iba a tener un futuro tan brillante como el sol.

La niña estaba hipnotizada por el color llamativo que vio en unas flores, esto le llamó tanto la atención que su cabeza trabajaba a mil por segundo buscando la especie o nombre de aquella flor; sentía que ya la había visto antes. Estaba tan concentrada en su búsqueda que cuando escuchó una tos a su espalda se sobresaltó asustada.

Se giró y le lanzó una mirada comprensiva a su madre, caminó lentamente hacía ella.

---"¿Otra vez?"-soltó a su progenitora con una voz tan suave qué se sintió como un susurro del viento.

Su madre suspiro y le dio una mirada de complicidad.

---"Ya hablamos de esto Sia" --le respondió junto a una mirada que le advertía no seguir.

La niña abrió su boca para hablar.

---"Y no quiero que sigas con el tema"- la interrumpió Diane.

Alessia rodó lo ojos mientras de forma disimulada hizo un giro levemente de muñeca antes de que apareciera un pañuelo en un puf, para después tendérselo a su madre.

La mujer abrió los ojos como platos y miro a todos lados para estar segura de que nadie vio eso. Esta vez por suerte, no había nadie a los alrededores y aceptó el pañuelo suspirando.

La reprendió con la mirada mientras la niña le daba una sonrisa inocente.

---"No vuelvas a hacer eso, alguien podría verte y lo sabes muy bien Alessia"-

---"Si Didi, lo sé y lo siento, te juro que no volverá a pasar"- dijo la niña soltando el apodo que con mucho cariño le tenía a su madre mientras le sonreía levemente.

Quedaron en un silencio cómodo hasta que a Diane sintió un escalofrío, uno que no sentía desde hacían casi 8 años atrás. Miro a su hija antes de mirar el reloj de muñeca que reposaba en su brazo derecho.

Se dio cuenta que era muy tarde y llamó a Alessia para que empezaran la travesía a su hogar.


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Lado a lado madre e hija iban de camino a su hogar, les faltaba un par de cuadras cuando de repente Diane empezó a toser sangre.

El Elegido de las SombrasWhere stories live. Discover now