𝟎𝟗.

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📍ORLANDO, FLORIDA
🗓️ veintitrés de diciembre, dos mil veintidós, 7am

Monserrat abrió sus ojos con lentitud después de tallarlos, había despertado hace un par de minutos atrás, pero no lograba acostumbrarse a la luz que entraba por la ventana de su habitación, aún cuando las cortinas trataban de ocultar la luz del sol, resultaba casi imposible que sus ojos cafés no ardieran ante el primer contacto de luz al despertar.

Observó la mano de Rhea, abrazándola por la cintura. Sonrió al mirar a su novia aún dormida. Su rostro era pacífico. La miraba de la misma manera a diario y no había forma en que se aburriera de ello, realmente disfrutaba de sus amaneceres al lado del amor de su vida. Podría mirar su bello rostro al despertar mil años, y no se cansaría de ello.

Con mucho cuidado de no despertar a su amada, retiro su agarre, colocando con delicadeza la mano de Rhea sobre el colchón y se paró de su cómoda cama. Hoy no era un día como cualquier otro, el día de hoy, veintitrés de diciembre, se cumplían once meses desde que Audrey y Demi decidieron entrar en una relación amorosa, después de años en una bella amistad y después de meses tratando de ocultar sus mutuos sentimientos, un día como hoy hace once meses, decidieron dar otro paso.

Sabía que sería un gran día, tenía un gran presentimiento. Había planeado este día de la manera más cuidadosamente posible, Audrey resaltaba por ser una chica perfeccionista, y lo era aún más cuando se trataba de hacerle pasar un día especial y lindo a la mujer de su vida.

Definitivamente nunca se arrepentiría de la decisión que tomó aquel veintitrés de enero. Estaba segura de que Rhea es la mujer con quien quería pasar el resto de su vida.

Dio una última sonrisa al mirar a su novia, y decidió salir de la habitación, se dirigió al baño, donde hizo su rutina de higiene personal. Después de esto, salió del baño y se dirigió a la cocina. Quería sorprender a Demi con el desayuno hecho en cuanto despertara.

Colocó la música más romántica que conocía a un volumen bajo, tarareando la canción y disfrutando de la melodía, se sentía tan identificada con las canciones de amor que irradiaban felicidad en sus letras y melodías, mientras cortaba la fruta para hacer el desayuno, comenzó a pensar en los últimos meses de su vida en todo lo que la llegada de Demi trajo a su vida., mientras una sonrisa aparecía en su rostro, con sus ojos brillando de amor y felicidad.

Cuando Demi llegó a ella; Demi encontró un jardín completamente restaurado, con nuevas flores y puestas al sol, que ya traían felicidad aún en la singularidad. Sin embargo, su llegada trajo consigo una nueva perspectiva del amor y la compañía, del respeto y la reciprocidad.

Disfrutaba tanto la compañía, que incluso ya pensaba en pedirle matrimonio. Tal vez era muy apresurado, pero sabía que tarde o temprano ese momento llegaría, lo había comenzado a planear desde el mes anterior, y día con día aumentaban las ganas de pedirle que se casara con ella, pero, también era consciente de que no necesitaban un papel para demostrarse desde ese momento lo mucho que se amaban. Solo quería hacer de su felicidad algo más serio, quería que su relación jamás terminara.

(...)

Sonrió satisfecha al mirar el desayuno que había preparado. Colocó el alimento y los zumos en una charola, con cuidado, comenzó a caminar hasta la habitación de ambas. Sonrió, Demi aún estaba dormida.

Dejo la charola del desayuno sobre una pequeña mesita dentro de la habitación, se dirigió a la cama y se sentó sobre ella, se agachó un poco, depositando unos cuantos besos sobre el rostro de Demi.

—Es hora de despertar, cariño. —susurro Audrey, depositando de nuevo más besos sobre el rostro de su chica. —¡Vamos, amor! Son casi las ocho de la mañana y tenemos todo un día por delante. —dijo con delicadeza.

Demi se removió sobre la cama, mientras abría poco a poco sus ojos, acostumbrándose a toda la luz que había a su alrededor. Tallo con delicadeza sus ojos. Audrey sonrió ante la escena.

Parpadeo unos segundos, acostumbrándose a la luz. Sonrió al mirar a Audrey, quien también tenía una sonrisa dibujada en su rostro. —Hola, mi amor. —fue lo primero que dijo, Audrey depósito un beso sobre la mejilla de Rhea.

—Hola, preciosa. —hizo una pausa, tomando la mano de Rhea. —Eres como un pequeño koala. —soltó con amor y dulzura en su voz.

Rhea sonrió y arrugó su nariz. Rodeó la cintura de Audrey y la acercó a ella, recargando su cabeza sobre el pecho de su novia, dándole un fuerte abrazo. —¿Sabes qué día es hoy? —pregunto en un susurro. Había checado el calendario constantemente desde la semana anterior. Realmente le emocionaba cumplir un mes más con Audrey.

—¿Cómo no saberlo? —sonrió. —Hace once meses te pedí que estuvieras conmigo.

—Y de la manera más linda y dulce posible.

—Es que te mereces lo mejor, Demi.

—Tú eres lo mejor, Audrey.

Addy sonrió ante ese comentario, mientras sus mejillas se tornaron en un color rosado.

—Ven aquí, Demi. —dijo, parándose de la cama. Extendió su mano para que Rhea la tomara, quien sin pensarlo le dio la mano.

Audrey la dirigió en medio de la habitación, tomó su celular y colocó la pista de la canción "Turning Page" de sleeping at last. Audrey comenzó a bailar de manera lenta, siguiendo la hermosa melodía, una de sus manos, colocada en la cintura de Rhea, mientras que la otra tomaba la mano de su amada.

El día que Audrey le pidió ser su novia en la cena más romántica posible, había elegido colocar música aleatoria de amor, el momento en el cual Rhea le dio el sí. Esa canción sonaba, se pararon de su asiento, y al igual que en estos momentos, bailaron con la melodía de la canción.

—Te amo Audrey, gracias por todo. Tu presencia en mi vida me hace bien. —susurro, sobre la oreja de Addy. —Nunca me arrepentiré de nosotras, sé que estamos destinadas a ser.

—Yo te amo Demi. Tu llegada trajo un nuevo significado del amor y la compañía. Jamás había sentido lo que siento por ti. —susurro. —Sé que estamos destinadas a ser. Aunque suene apresurado, quiero estar contigo toda la vida. Eso lo tengo muy claro.

—No es apresurado. Yo también quiero lo mismo.

Ambas se miraron a los ojos, dejaron de bailar y juntaron sus labios en un tierno beso, disfrutando juntas de su día especial.

Ambas se miraron a los ojos, dejaron de bailar y juntaron sus labios en un tierno beso, disfrutando juntas de su día especial

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A un capítulo de finalizar el primer acto y solo les digo que no me odien tanto a Monserrat.

𝐂𝐎𝐍𝐅𝐔𝐒𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒; ━━━━━ 𝐫𝐡𝐞𝐚 𝐫𝐢𝐩𝐥𝐞𝐲 / 𝐝𝐚𝐤𝐨𝐭𝐚 𝐤𝐚𝐢Where stories live. Discover now