Cap16.

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𝐂𝐚𝐬𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐏𝐚𝐥𝐦𝐢𝐞𝐫𝐢.

𝐒𝐫. 𝐂𝐨𝐧𝐧𝐞𝐥𝐥 (𝐏𝐚𝐥𝐦𝐢𝐞𝐫𝐢).

Estoy sentado en el sillón de mi oficina, mirando el periodico, la televisión y la radio encendida, pero solo me concentro en el periodico, nada interesante.

-Buenas noches hoy presentamos la lamentable pérdida que hubo en una de las casas cercanas al richmond park, casa de la familia Connell, donde estuvo involucrada la pérdida de Erika Santana, joven adolescente que murió en la explocion de la casa.

El televisor llamó mi atención y coloque el periodico a un lado del escritorio, me puse de pie y me posé frente a la televisión con hombros relajados, piernas y espalda recta y de brazos cruzados, posee una de mis manos en mi barbilla.

-Maldita sea, era una de mis casas favoritas para torturar a mis víctimas.

Salgo con zancadas de mi oficina y me dirijo hacia el auto, conduciendo hacia la casa de gato gordo.

Le marco pero no contesta.

-Maldito infeliz- refuño.

Vuelvo a marcarle, ya es la segunda llamada que le hago y si a la tercera no responde tumbó la puerta.

Tampoco contesta el hijo de su puta madre.

Mi paciencia terminó y termino dándole una patada a la puerta que hago que se abra de par en par.

Me acomodo la camisa y limpio mi hombro derecho, saco mi pistola de la parte trasera de mi cadera y me adentro a la casa apuntando a todos lados.

Todas las luces están encendidas...

Pero no hay nadie, me dirijo a la sala de estar y le doy vuelta al cerrojo pero está asegurada.

Le disparó y le metió una patada a la puerta, rasco con delicadeza la punta de mi nariz con los nudillos.

Me adelantó dos pasos lentos con la pistola en mi mano al costado de mi muslo y me adentro a la habitación.

-Le apuntas a tu jefe gato, donde están tus modales?

-Perdón señor, pensé que era usted...

-¿La policía? lo cuestiono sin dejarlo terminar.

-Si señor.

-Veo que te diviertes.

Al lado de él hay una morena de grandes tetas, está en lencería y está paralizada.

-Qué necesita señor?

-Explotaron mi casa de Richmond Park y dentro había una adolescente.

-Señor y yo que tengo que ver con eso.

-Levanto mi pistola y...

-Ahora- grita gato.

Una rubia intenta golpearme pero antes de hacerlo le meto un codazo en la nariz y le disparo en el estómago a la morena que tiene en sus manos un revólver.

-Rubia loca.

-Señor.

Tiro mi pistola al lado y me dirijo donde gato metiendo un puñetazo en la nariz provocando un sangrado.

-Se-te-ol-vi-da-qui-en-.es-tu-je-fe. le digo mientras cada vez que separó las palabras es acompañada de un puñetazo en su cara o estómago.

Cuando cae desmayado, busco cadenas en mi auto y encadeno de la cama a la rubia que intentó golpearme.

Si Tan Sólo Esos Ojos Pudieran Volverme A Mirar. Where stories live. Discover now