Está vez NO seré la "Niña Buena"[En Pausa]

Extra V. "Odisea de Navidad"

Él creyó que lo que hacía era correcto,y desde la primera orden que esa mujer le dio creyó que todo iría viento en popa.
"Los Slytherin's son malos" le decía,"Eso es extraño,no es normal y debe ser malo",le repetía,"Soy tu MADRE y me tienes que obedecer",se quedó grabado en su cabeza.

Ron era peculiar,y entre toda esa peculiaridad lo que más abundaba era confusión,una confusión extraña que no lo dejaba ver con claridad,sus ojos no veían y su cerebro no procesaba lo que sucedía.
Ron creía que si vivía bajo el ala de su madre siguiendo al pie de la letra la receta que se le encomendaba, él sería un pastel apetitoso.Sin embargo el sentía que jamás logro cocerse y que su peor error fue seguir la receta.

Él comenzó a cuestionarse si las órdenes o las reglas realmente regían el orden de todo,después de todo sus hermanos fueron capaces de agregar más harina por aquí o por haya y algunos terminaron siendo la mejor muestra culinaria en la repostería,y parecía que a todos les gustaba.
En cambio el solo era un panqué quemado y mal cosido por dentro,incluso podría considerarse el más rancio de todos.

"¿Ronnie tesoro podrías ayudarme a traer huevos del granero?"

La voz de su madre se escuchó en la cocina,Ron al no poder hablar abrió la puerta de su habitación y salio al pasillo dejando que las maderas crujientes de aquel lugar le hicieran saber a su madre que haría dicha tarea.
Ron permaneció unos segundos parado,y tal y como hacia cada vez que subía o baja las escaleras, notó el abrumador silencio de aquel lugar,un silencio que lo incomodaba en repetidas ocasiones desde que sus hermanos se fueron;al principio Ron se sintió afortunado de tener cualquier habitación a sus disposición,pero con el pasar de las semanas de los meses y ahora de los años ya no sentía alegría alguna al ver esas habitaciones vacías,ya no había más risas de media noche,historias estúpidas pero entretenidas de intentos fallidos de maquillaje,bromas matutinas o siquiera reuniones nocturnas frente a la chimenea,no había más partidos de Quidditch,lanzamiento de nomos...;ahora solo quedaba un dolor agudo que se hacia cada vez más intenso,y al no poder siquiera gritar del dolor Ron se sentía sofocado.

Tomo su rumbo hacia el granero,bajo las escaleras que soltaban quejidos minúsculos cada vez que sentían el peso sobre ellos,abrió la puerta que daba hacia el exterior y sintió el viento frío del invierno,Ni siquiera se había molestado en abrigarse,al final,¿De que servía?,ya no había nadie en ese lugar que lo molestará con cuentos,bromas o cantos desafinados para animarlo a enfrentar la enfermedad.
Ron camino hacia el granero con algo de dificultad mientras sus pies se hundían en la gruesa capa de nieve,hace semanas que se acumulaba,Ron recordó que su padre y los gemelos eran quienes se encargaban de limpiarlo mientras él y Ginny hacían muñecos de nieve,pero.... ya no era así.

Abrió la puerta del pequeño corral y entró, se acercó hacia la pequeñas casitas de madera llenas de baja y se hinco para ver hacia adentro,Ron solo vio con un poco de tristeza el interior,la ave de color café no había soportado el frío que parecía ser más duro ese año que los anteriores.
Ron se acurruco por unos segundos contra sus rodillas evitando ver a la gallina encima de los huevos,parecía que al fin había logrado empollar después de tanto tiempo intentándolo,sin embargo el ciclo de la vida fue cruel y no le permitió sentir el sabor de ser madre. Le tomo algo de tiempo a Ron para que comenzará a moverse de nuevo,y nuevamente se acercó más a la casita de madera para sacar el cuerpo del animal,aún estaba tibio y los huevos bajo aquel pequeño bulto de plumas y carne también,Ron tomo con cuidado cada pequeño ovalo blanquecino y los coloco entre su brazo para que no cayeran todos al suelo,con la otra mano tomo a la gallina y camino de nuevo al interior de la casa,al entrar el silencio lo consumió nuevamente y no le gustó,incluso pensó que el ruido del viento y la nieve golpeando las ramas era más entretenido que permanecer en la bruma silenciosa que ahora era esa casa.