Ese día IV

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-¿Interrumpo algo?.

Lucifer se asusto ante la presencia del más alto, lo miro de una mala manera para después seguir ignorandolo, aquel demonio sádico era realmente molesto, si no fuera por Charlie no estaría vivo.

Alastor jalo a el rey hacia el pues el día paso volando ya era de noche, el rubio se despidió de su nueva amiga para retirarse con alastor, ahora mismo pensaba en asesinar a aquel pelirrojo.

Llegaron al hotel donde Charlie los esperaba, esta con su novia estaban haciendo actividades de confianza con el resto del grupo.

- Papá, Alastor, ¿Cómo les fue?.

-Nos fue bien manzanita, conoci a una amiga del ciervo, me cae super bien, su nombre es Rosie- Dijo lucifer, caminando hacia su habitación.

-Me alegro.

Lucifer estando al frente de su cuarto, pensó, ¿Porque el demonio de la radio se enfureció cuando estaba hablando con Rosie?, tal vez esa pregunta no tenga respuesta, ignorando lo que había ocurrido, se adentro a su habitación, todo estaba oscuro, como antes de reinar el infierno con su amada Lilith, aunque se allá divorciado de la mujer, aún tenía sentimientos por ella, el rey cerro la puerta para irse a fabricar más patitos, sí, su depresión seguía hay, se sentía inútil, ¿Qué hizo mal para que su amor lo dejara?, se sentía como un estorbo, sus hermanos tenían razón era un error.

Lilith para el era alguien inalcanzable, como una taaffeíta, delicada y hermosa, mientras el era como el agua corriente, se sentía horrible por haber dejado a una mujer como ella, aunque quiso derrumbar el hotel, el aún le tenía fe, sabia que cambiaría y regresaría para formar otra vez la familia que fueron.

Por otra parte Alastor quien pasaba por los pasillos, escucho algunos sonidos de llantos y lamentos, le dió curiosidad y entro para toparse al rey sentado en su estudio llorando.

-Parece que el soberano no está bien, quien diría que el mismísimo Lucifer está llorando, pareciendo débil y delicado, dígame su majestad, ¿Qué pasó?- claro que el pelirrojo no le importaba nada de lo que le estaba ocurriendo al rubio, solo quería saber los puntos débiles de el, para poder librarse de su contrato y reinar por fin el infierno.

-Que te importa, vete.

-Querido, tranquilo, te escucharé para que te desahogues
Y puedas estar mejor- dijo sentándose en una esquina de la cama haciéndole una seña para que repitiera la acción.

Lucifer estaba pensando si hacerle caso, o simplemente ignorarlo y sacarlo de su habitación, opto por la primera, sentándose al lado del pecador.

-dime, ¿Que es lo que te tiene tan triste?

-¿Sabes que mi esposa me dejó cierto?, pues me puse a preguntarme que es lo que hice mal para que me dejara ¿Acaso me odiaba?, ella es tan hermosa como un diamante, rubí o zafiro ella brilla, es mucho para mí.

-Su majestad incluso algo que un día brillo puede dejar de hacerlo.

Ese díaWhere stories live. Discover now