Capítulo 5

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Una noche de tormenta, en una casa alta, en medio de una isla rocosa en algún lugar del mar. Los Dursley y Harry, se mudaron allí debido al caos con las cartas.

– ¿Es en serio? – cuestiona incrédula Hope – No había un mejor lugar.

La familia está durmiendo, con Harry en el suelo frío y sucio y Dudley durmiendo en un sofá.

Sirius y Remus sentían que en cualquier momento estarían y saldrían a matar a los tíos de su ahijado/sobrino.

Después de todo lo que le dijo Harry a Sirius, de que él no tenía la culpa de todo lo que había vivido, este aun no podía dejar de sentir que todo sí era su culpa.

Harry ha dibujado un pastel de cumpleaños que dice: Feliz cumpleaños Harry. Harry mira el reloj que Dudley tenía en la muñeca para luego comenzar la cuenta regresiva. 10…9…8…7…6…5…4…3…2…1…
Hasta que el reloj marcó las 12:00.

– Pobre, chico. – se lamenta Vanessa.

– Pide un deseo, Harry. – dijo para sí mismo. Sopla las “velas” de cumpleaños dibujado con tierra.

– No tentarías que haber pasado por todo eso. – dijo Luna con tristeza.

– Descuida, Lunita, a partir de mi tercer año pasé los mejores cumpleaños de todos. – dijo el chico, tratando de que la chica no estuviera triste.

– Si no lo sabremos nosotros. – dijo Blaise sacando una sonrisa a su mejor amiga.

– ¿Qué me miras? – cuestiona Adhara haciéndose la tonta.

Todo los pertenecientes al mundo mágico se veían sorprendidos, todo lo que habían mostrado del chico de oro era difícil de creer.

De repente, la puerta golpea, en sincronía con un trueno. Harry salta. La puerta vuelve a golpear y ahora Dudley y Harry saltan y retroceden.

–  Esto parece película de terror. – dijo un alumno de Gryffindor.

Él se esconde detrás de una pared y Dudley se encoge de miedo en el alféizar de una ventana. Aparecen Petunia y Vernon, con este último sosteniendo una pistola de doble cañón.

– ¡¿Qué demonios hace ese con un arma?!  – exclamó Remus.

La puerta vuelve a golpearse y luego se cae y aparece un hombre gigante. Cuando sale a la luz clara, el hombre gigante se revela como Rubeus Hagrid.

– ¡Hagrid! – los dos merodeadores, Luna, Harry, Adhara, Blaise y Theo saltaron felices.

– Gracias a Merlín. – dijo Amelia Bones sonriendo aliviada.

Hagrid sonrió con las mejillas sonrojadas.

– Lo siento por eso. – se disculpó el hombre y se volvió a mirar la puerta que estaba en el suelo.

Hagrid se aleja, toma la puerta y la vuelve a colocar en el marco.

– ¡Exijo que se vaya de inmediato, señor!  – exclamó Vernon apuntándole con el arma – Esta es propiedad privada.

Mientras Petunia jadea silenciosamente de miedo, Hagrid agarra el arma y la dobla hacia arriba.

– Sécate, Dursley, gran ciruela pasa.

Varios estallaron en carcajadas.

El arma dispara hacia arriba, haciendo un agujero en el techo, causando los dos griten de miedo. Hagrid mira a Dudley y luego frunce el ceño.

– No te he visto desde que eras un bebé, Harry. Pero estás un poco más avanzado de lo que hubiera esperado. Particularmente alrededor del medio. 

La hija perdida de Klaus Mikaelson (Watching the movie HPxTOxTVD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora