Capítulo 18

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Gavi:

-Gavi- escucho una voz que me habla- Gavi quítate ya

No abro los ojos, pero me doy cuenta que es la voz de Lucía. Los recuerdos de anoche van viniendo a mi miente. Tras volver al sofá debí de quedarme dormido mientras abrazaba a Lucía

-Gavi muévete- vuelve a insistir mientras me empuja por el pecho

Sigo sin abrir los ojos pero supongo que nos debimos de dar la vuelta y la he dejado contra el respaldo del sofá sin dejar que se mueva.

-Pablo Páez Gavira- su voz se vuelve más seria- o te mueves o te pego una hostia

No puedo evitar reírme por lo bajo, pero suelto un poco mi agarre de ella y me giro para que se pueda mover. 

-Gracias. Dios mío, eres como un koala, no me soltabas- escucho que dice sentándose en el sofá mientras yo me froto los ojos intentando adaptarme a la luz- Me estabas aplastando contra el sofá

-Estaba dormido- es todo lo que digo

-El día que tengas novia no sé como va a soportar dormir contigo- bromea ella

Cuando hace ese comentario no puedo evitar pensar en ese día. El día que tenga novia. Dormir con alguien en la cama. Mi cabeza solo se imagina con una persona abrazada en la cama, y por algún motivo es ella. Es Lucía.

¿Qué me pasa? Anoche casi se me sale el corazón cuando me dejó acariciarle la nuca y pasar mis dedos por su piel; no puedo evitar seguirla con la mirada a todos lados, quedarme embobado mirándola, imaginarme abrazado con ella... 

No entiendo que es lo que siento por ella, pero sé que es algo muy real; y que ella no siente lo mismo por mi. 

-¿Me estás escuchando?- me pregunta Lucía justo cuando vuelvo a conectar a la conversación

-¿Qué?- pregunto

-Nunca me haces caso- me riñe pegándome en el brazo- Te estaba diciendo que tenemos sesión en la clínica, pero que primero tengo que ir a mi casa a cambiarme 

-Ah, sí, vale- contesto desperezándome por completo

-Pues venga, vamos- salta del sofá y me tiene la mano para que me levante

-¿Ahora?- pregunto

-Sí, venga

-No- me niego tumbándome de nuevo en el sofá

-Eres un perezoso, de verdad- suspira con cansancio, cansada de mi

-Es que ni he desayunado

-Pues desayunas en la cafetería de la clínica o en mi casa, seguro que tengo algo

-¿Por qué no dormimos un rato más y vamos directamente a la clínica?- le propongo y vuelvo a cerrar los ojos

-Que no te duermas- dice pegándome con un cojín

-¿Por qué no hacemos lo que te he dicho?- insisto

-Porque tengo que cambiarme de ropa, ya te lo he dicho

-Coge ropa mía, me da igual, pero yo quiero dormir más

-Que no pesado, te tienes que levantar ya- todavía tengo los ojos cerrados cuando noto como sus manos tiran de las mías haciendo que me incorpore y me quede sentado en el sofá- Veeenga, que te tienes que cambiar de ropa

-Vale, ya voy, pero solo si me prometes tomar helado después de la sesión

-Lo que tu quieras, pero solo si no llegamos tarde- mira la hora en su reloj- y por ahora vamos mal de tiempo

Un paso másWhere stories live. Discover now