Glotonería

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''Kiyotaka'' dijo un hombre de cabello peinado hacia atrás de color marrón y ojos dorados con un aspecto sombrío, que parecía querer matar al chico que tenía enfrente de el

''Que deseas, padre'' dijo el chico mientras inclinaba su cabeza.

''Tu competencia mágica con respecto a tus compañeros a sido totalmente incompetente, apenas llegaste ganar contra uno de los peores magos que tengo bajo mi comando''

''No es por ofender, pero tienes a muchas personas capaces a tus espaldas, desearía que dejes de inscribirme en esta 'escuela' tan retorcida'' dijo mientras no desviaba la mirada de su padre.

''... ¿Estás seguro de esto?, lo más probable es que te repudie como mi hijo si abandonas''

''Solo estoy interesado en el conocimiento que me puede ofrecer este lugar, ya sabes que mi círculo mágico es muy inestable'' 

''Jaaaa, parece que mi hijo será un producto inservible, que última, recoge todos los libros que quieras, para mañana te quiero fuera de aquí'' dijo mientras abría la puerta desde su asiento, intentando sorprender a su hijo.

''Vale'' dijo el chico mientras se retiraba de la sala donde estaban para dirigirse a la biblioteca 

Durante mi camino pude escuchar como todos murmuraban al verme pasar, pero no les prestaba atención, al fin y al cabo, era cosa de todos lo días.

Ya sea lastima, pena o algo como la burla, ese tipo de cosas nunca me interesó en lo más mínimo, solo quería aprender, con los libros que nos daban en la biblioteca gratuitamente, aunque ya me había leído la mayor parte.

Desde niño tuve un problema con mi círculo mágico que me impidió lanzar magia adecuadamente, y aunque ya hubiera dominado los hechizos del segundo círculo, algo le evitaba poder obtener su tercer círculo, cosa que se consideraba como motivo de burla dentro de la escuela.

Debido a su padre había nacido con el destino de ser un mago, pero por las pocas veces que había sostenido una espada, pudo darse cuenta que tenía más talento en ello, mas su padre nunca le dio la oportunidad de lo que quería que hacer.

El proyecto llamado 'sala blanca' había sido construido a las espaldas del reino por un antiguo alto rango de la torre blanca, llamado Ayanokouji Atsuomi.

Este lugar fue construido para nutrir a todos los seres humanos que podrían ser llamados magos sin importar su estatus social ni talento, cualquiera podría ser aceptado.

Desde hace tiempo había perdido la esperanza de ser un mago como de esas leyendas que había leído durante su niñez, ya que le faltaba solo una cosa, y eso era la capacidad de detectar el mana, no importó cuanto lo intentara o cuanto tiempo entrenara, no podía captar el mana del que todos hablaban como si fuera algo normal, solo podía lanzar hechizos al haberse acostumbrado a ver el patrón que se producía, pero no podía ver esas partículas que todos veían.

Los que se lograran graduar de esta escuela tendrían un lugar asegurado en alguna torre, ya que para ser reconocidos por la escuela que tenías tener 5 círculos para poder pasar.

Nunca llegué a culpar a la persona que me dio la vida que nunca me diera alguna de esas pociones que daban a varias personas como si fueran botellas de agua, ya que la culpa fue mía por haber nacido como alguien con poco talentoso.

Al no tener demasiado hambre ni sueño, me dirigí a la biblioteca, donde siempre me encontraba con ella.

Aunque estuviera polvorienta por el poco uso que se le daba, era el único lugar en el que me gustaba estar, el olor a hojas de papel antiguo, inciensos, pero lo que más me gustaba era su olor.

One shot's, reacciones y másWhere stories live. Discover now