11: Nadie se queda atrás

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Y lo siguiente que ocurrió fue luz, fuego y destrucción

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Y lo siguiente que ocurrió fue luz, fuego y destrucción.

El primero en atacar fue Redfield, quien lanzó potentes llamaradas azules contra Nathaniel en cadena, pero el héroe se movió a mayor velocidad, evitándolas sin esfuerzo alguno. Intentó lanzar una ráfaga de fuego contra el hechicero, pero la hábil nipona alzó sus brazos creando en el aire decenas de picos de hielo que empujó con sus manos, dirigiendo cada uno de estos contra Dark Phoenix, quien las recibió de lleno causando un retroceso y desorientación que su igual no tardó en aprovechar.

Como una bola de cañón, Killian se lanzó con los puños alzados, golpeando de lleno a Nath en el pecho, estrellándolo en el suelo y levantando pedazos de tierra por el impacto. Levantó su puño para continuar con los golpes, pero entonces el pelinegro lo recibió con un puñetazo de energía que lo disparó al cielo, provocando que Killian tomara vuelo.

Aprovechó la pequeña ventaja para alzarse en vuelo y apuntar sus manos contra los otros dos, lanzando fuego carmesí contra ellos, mas el experimentado hechicero consiguió crear un escudo mágico instantáneo. Una vez el ataque de energía se cortó, Nath cayó de golpe contra ellos, pegando un puñetazo contra la protección que reventó al tacto.

La guerrera del carámbano ágilmente movilizó su lanza de hielo contra el héroe, pero este se cubrió velozmente con su antebrazo, recibiendo todo el impacto en esa zona; en ese mismo momento, su otro brazo se alzó para atacar a Redfield con un potente rayo. Este último no tuvo más opción que cubrirse con su brazo de ónix, presenciando cómo la manga que cubría este se quemaba.

De repente, Nath profirió un quejido que se extendió, había recibido un potente rayo esmeralda en su espalda que causó que perdiera la concentración de sus otros adversarios. Cuando se dio la vuelta, pudo presenciar cómo Killian se acercaba a una velocidad peligrosa con su mano extendida para tomarlo del cuello y llevárselo consigo lejos de la zona de batalla.

—¡Vamos! —exclamó Fubuki, lista para seguir el combate, pero Redfield la detuvo levantando la mano para cortarle la carrera.

—¿Quieres ser apoyo o daño colateral? —preguntó para recalcarle lo obvio a la guerrera—. Son dioses, déjalos pelear.

Y lejos de ellos dos, Dark Phoenix había conseguido librarse del agarre de Killian, ambos en una carrera entre los árboles, en movimiento en todo momento como si de eso dependieran sus vidas. El semidiós cegado de poder lanzaba rayos de energía desde sus ojos, cortando árboles al simple tacto; una expresión de dolor se veía en su rostro, pues el uso de aquel ataque le causaba ardor en sus globos oculares. Por otra parte, Nathaniel se dedicaba a esquivarlo y lanzar ráfagas desde sus manos, buscando siempre mantener distancia. Fue entonces que en un momento los rayos de ambos chocaron, generando una potente luz que los cegó. Pero cuando Nath recuperó la visión, estaba solo en medio de los árboles, grandes robles imponentes, aunque parte de ellos ahora estaban cortados de manera limpia.

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⏰ Last updated: Apr 21 ⏰

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