Proyecto Unicornio

7 - Rechazo

El trabajo se estaba volviendo más complicado. Había mucha presión por realizar todas las pruebas.
Muchas de ellas funcionaban bien, aunque eran las pocas que fallaban, las que causaban un gran dolor de cabeza y que hacía que todos empezaran a perder la compostura.

Fer se sentía bastante presionado y cada vez le costaba más dormir lo suficiente.
Volvió a un hábito que disfrutaba desde que era estudiante, cuando tendría un examen complejo al día siguiente, cuando sentía que no tenía control de las cosas. Cuando el estrés le superaba.
Se acostó sobre su cama, sacó algo de su cajón. Un pañal desechable del tamaño justo para su cuerpo. Colocó talco entre el pañal y su piel, cerró las cintas y quedó todo cerrado.
Se vistió con su pijama favorita, qué estaba recién lavada, abrazó a su unicornio y se acostó intentando dormir.
Tras algunas horas dando vuelta en su cama, se permitió liberar su cuerpo lo que le relajó y le permitió dormir.

A la mañana siguiente el sol entraba por la cortina. Se había quedado dormido y llegaría tarde al trabajo.

Mientras se transportaba, no podía esperar a intentar nuevamente probar un cuerpo diferente. Claro, hasta que hubiera terminado todas las pruebas del día.

Avanzó algunas de las pruebas del día siguiente, observó alrededor para darse cuenta que ya casi todos se habían ido. Con las energías algo frescas, por haber dormido mejor, decidió probar por lo menos un par de horas.
Realizó un par de cambios en el modelo, y se concentró fuertemente en que ese nuevo cuerpo era el suyo.

Lo intento varias veces, tomando pausas entre cada intento para recuperar el aliento. Cada vez era un poco menos doloroso y las náuseas disminuían. Al entrar al sistema su mente-cuerpo sentía un gran rechazo, que podía sentir como un dolor de cabeza y como que todos sus nervios habían sido activados al mismo tiempo. Como si hubiera recibido un fuerte golpe.

Al inicio sentía un fuerte alivio cuando salía del sistema, aunque se dio cuenta que cada vez lo sentía menos. Volver a su cuerpo de toda la vida cada vez era menos normal.
Con cada intento podía estar unos segundos más en el sistema.