Capitulo VII

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Eran ya las 5am, habían pasado dos horas desde que desperté y fui a la cocina, dos horas pensando -mierda- me dije a mi misma -Si sigo pensando en todo esto mi cabeza explotará- dije mientras comenzaba a levantarme.

Una vez en pie me puse mi uniforme y bajé al patio, decidí pasar el rato entrenando hasta que comenzaran las clases grupales, puesto que aun me quedaban 3 horas. Di unas vueltas corriendo alrededor de la cancha, estiré mis músculos y luego saqué una de mis armas favoritas del bolso, mi katana, de esta forma comencé a entrenar con esta haciendo movimientos que Nanami y Kusakabe me habían enseñado.

La katana pertenecía al clan Ryūjin, Satoru y yo la encontramos una vez que decidí volver al lugar en el que mi clan solía vivir; enterrada, llena de barro y algo oxidada, la encontré en el lugar que solía ser el templo sagrado, donde recuerdo que asesinaron a mi padre. Desde ese momento prometí cuidarla, ya que es el único recuerdo que tengo de todos ellos.

Todos estos pensamientos comenzaban a dar vueltas en mi cabeza mientras entrenaba, miré la hora y ya llevaba hora y media entrenando.

-Azumi-Chan- escuché.

Miré en la dirección de la voz y me extrañé de ver a mi hermano despierto tan temprano -Gumi-Kun- dije regalándole una sonrisa -¿Por qué estas despierto?- cuestioné.

-Bueno, asumo que si me preguntas es porque Gojo Sensei aún no te lo dice- bufó molesto poniendo sus ojos en blanco.

-Pues... al parecer no- lo miré con una sonrisa nerviosa y una mano rascando mi nuca.

-Tienen una misión juntos- escuchamos la voz en tono infantil del peliblanco que apareció de la nada a nuestro lado.

-¿Juntos?- pregunté ahora más emocionada mirando a Megumi.

-Así es- respondió mi padre.

-Debemos buscar un objeto maldito- dijo Megumi en su tono neutro.

-Ya veo...- dije algo preocupada -Papá- dije ahora volteándome a él -¿De qué objeto maldito estamos hablando?- pregunté levantando una ceja, era curioso que nos pidiera a dos estudiantes para una misión de búsqueda.

-Deben buscar el dedo de Sukuna- respondió levantando sus pulgares hacia arriba y mostrando una sonrisa.

-¿Su... sukuna?- dijo Megumi preocupado.

-¿Es una broma?- pregunté -¿E... el rey de las maldiciones?

-Sip- respondió con su sonrisa aun en el rostro -Bien pequeños, deben viajar a Sendai-

-¿Sendai?- pregunté.

-El dedo de Sukuna se encuentra en la escuela municipal de Sugisawa en esa ciudad- habló ahora más serio -Deben encontrarlo y traerlo enseguida a la escuela, su sello ya está gastado y podría ocasionar un accidente.

-Bien, lo traeremos- respondimos Megumi y yo al unísono.

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Minutos más tarde íbamos en el auto junto a Ijichi, sin embargo este nos dejaría en la estación de tren, puesto que Sendai era muy lejano como para llevarnos directamente. En el tren Megumi y yo conversamos de cosas casuales y recordando momentos de nuestra vida de pequeños.

Una vez llegamos a Sendai, caminamos hasta llegar a la escuela que mi padre había mencionado, colándonos por la puerta principal.

Juntos caminamos hacia una cajita de madera ubicada en el patio trasero de la escuela, en la cual habíamos percibido la energía maldita que el objeto emanaba. Al llegar y abrir la caja, nos sorprendimos al darnos cuenta de que lo que se encontraba ahí eran solo los restos de la energía, pero no había rastro del objeto.

Cosas del destino ✨️ | Ino Takumaजहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें