Capítulo III

23 3 1
                                    

La maldición y yo fuimos encerradas en una especie de habitación oscura y helada, donde yo me encontraba preparando mis manos para invocar al dragón mediante mi ritual hereditario.

-Estás dentro de mi dominio, no podrás esquivar mis ataques- dije molesta y seria mientras admiraba su miedo -¿Qué piensas hacer ahora?- pregunté mientras detrás de la maldición comenzaba a formarse una gran silueta ya conocida para mí

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

-Estás dentro de mi dominio, no podrás esquivar mis ataques- dije molesta y seria mientras admiraba su miedo -¿Qué piensas hacer ahora?- pregunté mientras detrás de la maldición comenzaba a formarse una gran silueta ya conocida para mí.

La maldición comenzó a moverse de forma extraña, tratando de lanzarme golpes que eran esquivados.

-Igris, ¡acábalo!- dije mientras soltaba mis manos y la silueta, ya convertida en un gran dragón negro azulado se preparaba para atacar a la presa.

En unos segundos la maldición fue completamente exorcizada por mí dragón, enterrando sus filosos colmillos en el cuerpo de esta. Una vez desaparecidos los restos de la maldición, desactive el ritual y posteriormente, mi dominio, fue aquí cuando comencé a sentir el cansancio y un horrible dolor de cabeza, el cual me llevó a caer al suelo.

-¡Azumi!- escuché gritar al castaño, quien herido y sangrando, se acercaba de manera dificultosa hacia mi cuerpo tendido en el suelo, sin embargo mi cabeza no estaba en condiciones de responder.

-Mierda, tu nariz está sangrando mucho- dijo preocupado mientras tocaba mi mejilla con cuidado y me miraba a los ojos con preocupación.

-E... estoy bi... bien- dije tratando de dar una sonrisa -No te preocu...- interrumpí mientras comenzaba a toser sangre.

- ¡Azumi! ¡Esto es grave! ¡Debemos ir con Ieiri-San ahora!- dijo mientras soltaba mi mejilla y me abrazaba para ayudarme a ponerme en pie.

-Mierda- creo que voy a desmayarme, pensé.

-Vamos, te llevare con Ijichi-San.

-Ino, y... yo, lo siento much...- fue lo último que alcancé a decir antes de desplomarme en los brazos del hechicero.

---------------------------------------------

Desperté en mi habitación con un parche en la cabeza, en mi brazo y con el cuerpo adolorido.

-Tsk, creo que otra vez no salió bien- pensé molesta de mi misma.

-Hasta que al fin despertaste pequeña- dijo el peliblanco quien estaba de pie en la entrada de la habitación.

-Papá- respondí -¿Qué fue lo que pasó?

-¿No lo recuerdas?- preguntó -Estuviste inconsciente tres días, fuiste a la misión en el hospit...-

-¡Ino!- interrumpí sentándome bruscamente en la cama -Mierda, eso dolió- pensé mientras ponía una mano en mi cabeza -¿Dónde está? El estaba herido, recuerdo verlo en el suelo con sangre y después...-

-El está bien pequeña Azumi- dijo mi padre tranquilizándome mientras se sentaba junto a mí tomándome la mano -Fue el quién te cargo hasta donde se encontraba Ijichi-San, luego te trajo con Ieiri-San y los curaron a ambos- terminó con una sonrisa corta.

Cosas del destino ✨️ | Ino TakumaWhere stories live. Discover now