Capítulo 10

52 6 0
                                    

Tenía una resaca terrible, apenas me acordaba de ciertos momentos de la noche, pero fue una noche espectacular. Había conocido nuevas personas, un grupo de amigos interesantes con los que podría conocer la verdadera amistad.

Era la primera vez que hacía una clase con un gran dolor de cabezas, en conjunto de fuertes gritos de niños interrumpiendo la clase. No odiaba mi trabajo, yo quise dedicarme a esto, es sólo que ahora sabía con que niños estaba tratando y no era placentero tener que fingir ser una profesora imparcial con los mocosos que me molestaron toda mi niñez y adolescencia. Por suerte, esto acabó en unas horas, hasta el primer recreo donde al fin tuve algo de paz.

Ayer Millie había enfrentado por primera vez a Valerie y por lo visto en clases había sido una intervención exitosa. Al menos vi como uno de sus compañeros tuvo que hablarle luego de formar grupos de trabajos para una corta tarea.

Luego de tomarme una aspirina en la sala de maestros, salí a supervisar a Millie, quería saber como se sentía desde su asombrosa humillación a Valerie Faye. Sin embargo, cuando estaba por llegar a nuestro recurrente punto de encuentro, no la veía a simple vista, pero un ruido en el gran basurero me asustó aún cuando había mucho ruido. Pensé que se trataba de un animal atrapado ahí, hasta que oía un suave quejido.

- ¿Millie? - pregunté acercándome al gran basurero y una vez que asomé mi cabeza la vi temerosa dentro del contenedor. - ¿Qué demonios haces ahí? - pregunté preocupada, sacándola inmediatamente. La ubiqué en el suelo y comencé a limpiar cualquier rastro de basura, pero entre el olor y la suciedad, no podría volver con esa ropa a clases, la molestarían mas. - ¿Quién te hizo esto? ¿Fue ella, no? - pregunto molesta y ella alertada abrió sus ojos y negó rápidamente, como si fuese a ser golpeada en caso de decirme. - Millie, sabes que puedes confiar en mí. ¿Qué pasó? - pregunté una vez más y ella suspiró.

- Fue Chrissy y Jim, pero por favor no hagas nada. - suplicó con sus manos unidas pidiendo paz. Cerré los ojos y traté de no imaginarme lo peor en esos niños como castigo, pero no era mi lugar, deber y mucho menos traicionaría mi propia confianza.

- ¿Qué fue esta vez? - pregunté ordenando su cabello mientras encontraba cosas que sólo pudieron haberse lanzado al basurero.

- Dijeron que estaban hartos de verme la cara. Que era mejor que estuviera con los de mi clase, y me lanzaron al basurero, Tom les tuvo que ayudar. - justifica y por mas que quise girarme y darle una mirada de decepción a esos niños, sabía que Millie me lo prohibiría, era suficiente con recibir tanto odio.

- ¿No fue Valerie la que estuvo detrás de esto? - cuestiono y Millie negó mirando el suelo.

- No lo creo, parece que esta vez sólo fue su idea. - se alzó de hombros y yo la observé unos segundos, sabiendo que así era como me veía cada semana que los acosos se fueron poniendo peores.

- Dios, necesito cambiar esto.- murmuré totalmente preocupada de que esto continuara igual que antes. - Espérame aquí. - dije intentando levantarme del suelo, pero Milli me tomó con fuerza de la muñeca. - Tranquila no haré nada con ellos. - dije antes de moverme a buscar la única solución que tenía en mente en este momento.

Volví al rato con ropa para sustituir la suya, el problema es que todo venía de la caja de cosas perdidas. Acompañé a Millie al baño y la esperé afuera mientras se cambiaba. Una vez que salió la vi con un suéter de niño que le quedaba grande y unos shorts de gimnasia  que al menos se podían ver bajo ese suéter azul. Por un segundo, sentí esa sensación de Deja vu, como si en otra parte me hubiese visto vestida como lo estaba Millie ahora.

- Necesito que me llames cuando esto pase. - supliqué y Millie se encogió de hombros.

- ¿Cómo lo haría? - preguntó curiosa, hasta que se me ocurrió una gran idea. Los niños a su edad en esta época, no tenían teléfonos, tener uno significaba que eras adinerado o que eras realmente cool.

Las Sombras Del Tiempo Where stories live. Discover now