Capítulo 4

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La habitación era casi tan grande como mi apartamento en el futuro, tenía una cama, un pequeño refrigerador y un baño. ¿Qué mas podría necesitar? Por ahora.

Me dormí tarde ordenando las ideas en mi cabeza, además de la emoción de estar en el lugar donde lo podría cambiar todo. Jamás creí que me podría poner feliz por estar en el pueblo en el que tanto sufrí.

Al día siguiente sin querer perder el tiempo, me dirigí a mi escuela primaria. Necesitaba encontrarme y esta era una de las formas que tenía en mente para mantenerme cerca de mi yo pequeña.

Era tal como lo recordaba, incluso aquella sensación en mi estómago que me hacía querer volver a casa. Sacudí mi cabeza al notar que me había congelado frente a la gran entrada e ingresé de una vez para lograr mi objetivo del día.

- ¿Puedo ayudarla? - dice una mujer que se me hacía muy conocida. Había pasado años en esta escuela, todo el mundo se me haría familiar, pero yo no a ellos, al menos aún no.

- Si, quería hablar con el director Brown. - una de las pocas ventajas de haber sufrido acoso escolar para este momento, es que conocía a cada maestro y director de las escuelas a las que fui. Y es que al estar completamente en mi cuenta, buscando seguridad, no tenía mas reparo que compartir con ellos, incluso en el almuerzo.

- ¿Tiene una cita? - pregunta curiosa y yo niego viéndole algo complicada.

- Verá, soy nueva en el pueblo y alguien me dijo que lo buscara si pasaba por aquí. - me alzo de hombros y ella me examina de pies a cabeza.

- ¿Tu nombre, cariño? - pregunta a punto de anotarlo en un papel.

- Jenn Coleman. - expongo y ella asiente para luego indicarme donde esperar.

Al parecer estaba en una reunión importante ya que luego de unos largos minutos su secretaria le fue a decir que alguien quería verlo. Pasó un tiempo más cuando una mujer de mi edad o algo más, salió de la sala algo angustiada con su mano sobre su vientre abultado. Supongo que estaba embarazada, pero no recordaba haberla visto antes, creo que recordaría a alguien embarazada en esta escuela.

- Señorita Coleman. - dice de pronto la secretaria. - Adelante. - indica sosteniendo la puerta por mí.

- Rita dijo que me conocía señorita Coleman. ¿Puede recordarme de dónde? - dice saludándome con un apretón de manos para volver a su silla del escritorio.

- En realidad no nos conocemos. - contesto intentando recordar perfectamente la mentira que había planeado. - Mi madre, conocía a la suya, siempre hablaba de Betty Brown. - Él frunció el ceño y tragué con fuerza por la culpa que me llevaría luego por jugar con el nombre de su fallecida madre. - Me dijo que lo visitara en caso de pasar por Lago Geneva. - concluyo y él examina mis palabras un segundo totalmente desconfiado.

- ¿Coleman? - murmura pensativo. - No recuerdo a alguna de sus amigas con ese apellido. - comenta alzando una ceja, hasta que se lanzó hacia atrás en su respaldo. - Bueno, mi madre era una persona muy sociable, seguro me falta conocer a mucha gente. - suelta una sonrisa junto a sus palabras. - ¿En qué puedo ayudarle, señorita Coleman? - pregunta curiosa y yo agité mi pierna algo nerviosa.

- Bueno, si le soy sincera estoy buscando algún trabajo. Estudié en Cleveland y desde entonces he trabajado ahí por un par de años, pero últimamente sentí que la ciudad me quedaba un poco grande. - expliqué y él asiente.

- ¿Y en qué buscas trabajo?- pregunta curioso y yo le señalé el lugar.

- Estudié para ser profesora, de literatura precisamente, pero puedo adaptarme a lo que sea. - dije sacando el documento que había preparado hace unos días con mi trayectoria, ajustando los tiempos.

Las Sombras Del Tiempo Where stories live. Discover now