제 7 화

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El viaje a Qiujjin no fue tedioso. Euijoo adoró mirar cada paisaje y monumento. Tanto la ciudad como el campo eran impresionantes. Colores llamativos que te daban la impresión de estar en un cuento de hadas.

Ahora entendía porqué al alfa le gustaba tanto su nación.

Como llegaron en la noche a la mansión del lord canciller, sólo tomaron la cena y luego de un baño se fueron a descansar.

Mañana a primera hora tendrían el horario hasta el tope.

El alfa dejó al príncipe instalado en la habitación al lado de la suya, por si -de casualidad-, Euijoo llegase a sentirse mal, que lo despertase.





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En la mañana desayunaron juntos, en la tranquilidad de una de las bonitas terrazas que poseía la mansión. Y había una linda armonía entre ellos.

── ¿Cómo te sentiste anoche? ──el mayor rompió el cómodo silencio.

── Nada que no pudiese soportar ──murmuró el príncipe luego de tragar el pequeño bocado que le dio a sus panqueques.

── ¿Si te sentiste mal por qué no me llamaste? ──

── Porque no me dolía nada ──murmuró con las mejillas rojas.

── Oh... ──Nicholas entendió qué quiso decir.

Euijoo suspiró profundamente, esperando que el color abandonara sus mejillas.

── De todos modos. No fue tan terrible ──dijo, sin mirar el rostro de su esposo.── ¿Cuáles planes tenemos para hoy? ──

Decidió cambiar de tema, porque definitivamente lo menos que necesitaba era una conversación sobre sexo a esa hora de la mañana, y mucho menos aún cuando su celo se las arreglaba para mantenerlo mojado todo el maldito tiempo que pasaba cerca del alfa. Era vergonzoso.

── Bueno, cuando terminemos aquí, tengo planeado llevarte a conocer los alrededores de esta propiedad. Y luego iremos a nadar ──

── Oh ¿Es aquí donde está la laguna? ──se interesó por saber, dejando un mechoncito de cabello detrás de su oreja.

── Sí ──

── Está bien, entonces, cuando acabe iré a ponerme algo más adecuado ──

── Así estás perfecto ──aseguró.── No necesitas cambiarte. Además, estaremos a solas. No necesitas llevar el vestido más elaborado ni la tiara más cara del reino ──lo miró a los ojos antes de pronunciar.── Sólo seremos tú y yo ──

Ej lamió sus propios labios, mirando su vaso con jugo, mientras se sonrojaba y por reflejo volvía a dejar ese ricito rojo detrás de su oreja.

A Nicholas le pareció de las imágenes más hermosas.

── Está bien ──




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El paseo fue majestuoso. El príncipe de Hwinsaek descubrió que la flora y la fauna de Qiujjin era mucho más exótica que en su reino. Se encontró rodeado de mariposas coloridas, y al segundo rodeado de unas flores azules de un tamaño inmenso que le hacían querer vivir entre ellas por siempre.

Después de tanto regodeo llegaron a la dichosa laguna. Y esta parecía encantada. Habían florecillas blancas flotando por allí en el agua color turquesa -traslúcida- que dejaba ver todo en el fondo. Alrededor habían preciosos árboles que brindaban sombra y el sonido de la naturaleza era casi hipnotizante.

Royal 흰색 [Nicholas x Ej] NichojooWhere stories live. Discover now