Capitulo 6 - Hospital

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Llegó el día jueves dónde Claudia y Xóchitl irían a ver a su amigo en común. Claudia terminó rápido todos sus deberes para salir temprano, mientras que Xóchitl ni había empezado los suyos por salir. Tal y como prometió Claudia, habría llegado al hospital del IMSS a las 2:30 de la tarde. Claudia estaba esperando en el pasillo para entrar a ver a Roberto. Finalmente una enfermera salió y le dio el pase para verlo. Roberto se encontraba con un yeso en su brazo y pie, ambos del lado derecho.

— Ay Roberto...

— ¡Claudia! ¿Cómo te enteraste en que hospital estaba?

— Le llamé a tu esposa, está muy enojada contigo.

Roberto se sonrojó.

— Sí, pero lo que más me duele fue que esa moto era nueva, aún no termino de pagarles a los del Elektra.

Claudia se sentó.

— Seguro que lo primero que dijiste cuando chocaste con ese camión fue: ¿Cómo quedó mi moto?

Roberto se río ante el chiste casi verdad de Claudia.

— Casi me desmayo cuando me dijeron que mi moto estaba totalmente destrozada.

— Fue un camión que pasó sobre todo tu cuerpo, por suerte no moriste.

Roberto tenía una sonrisa en su cabeza.

— Quizás debería ponerme más en riesgo si es que mi antigua amiga venga a verme.

— No digas tonterías, Roberto.

Ambos rieron ante los chistes que se inventaban ante el desafortunado accidente. Pasaron un par de minutos hasta que Xóchitl llegara.

— ¡¿Xóchitl?!

— ¡Roberto!

Ambos estaban emocionados de verse de nuevo.

— Espera... ¡¿Xóchitl y Claudia?!

Roberto río tan fuerte que lo mandaron a callar, rápidamente se disculpó.

— ¿Que? ¿Acaso volvieron?

Roberto bromeó como solían bromear en el salón dónde iba Xóchitl. Xóchitl con un ademán lo amenazó con callarse, pues no quería incomodar a Claudia.

— Sí, volvimos a ser amigas, ¿Verdad, Xóchitl?

— Sí.

Xóchitl lloraba internamente ante la repetición de ser llamada amiga.

— Pero aguarda el secreto, ¿Entendido?

Claudia sabía que la revelación de su amistad con alguien del partido político, que es enemigo de su propio partido, no iría nada bueno.

— Sí, no me vayan a silenciar.

Vio directamente a Xóchitl, ella tenía el rostro tenso ante todas las bromas de su ex compañero de la UNAM.

— Bueno, pues si sigues así no te daré lo que traje, eh.

Roberto hizo una seña de aguardar su secreto hasta la tumba.

— Dame mi regalito pues.

— Bueno, toma es una rica gelatina, bueno no sólo una, ten tres.

Xóchitl le dio las gelatinas a Roberto quien intentó abrirlas sin éxito.

— A ver, presta.

Xóchitl abrió el tupper para que pueda comer con su mano izquierda la gelatina.

— ¿Me regalas los tupper?

Hasta Que Las Elecciones Nos Separen - Claudia x XóchitlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora