16- (Lan Xichen, Jiang Cheng)

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En las horas siguientes, Lan Xichen había vuelto a casa y estaba haciendo la maleta. Ya había arreglado un vuelo privado que lo llevaría al pueblo.

Había dejado su shufu con su hermano y su cuñado. Wei Wuxian le había dicho que se pusiera en contacto con Wanyin y eso fue lo que hizo. Enseguida Wanyin quiso acompañarlo, pero Lan Xichen no quiso molestarlo. Wanyin no había quedado satisfecho con sus palabras y se lo hizo saber.

—No te alejes, Xichen. No nos alejes.

—Y-yo... Wanyin... No quiero traer problemas. Me iré unos días y volveré. Te lo prometo.

Pero algo en sus palabras preocupó a Jiang Cheng.

—Espérame en tu casa. Sólo hazlo, ¿de acuerdo?

Lan Xichen suspiró tembloroso y le dijo que lo haría.

Comprobó que no faltaba nada y terminó de empacar. Lan Xichen suspiró y fue al cuarto de baño a mojarse la cara. El reflejo en el espejo le devolvió la imagen de un hombre pálido y apagado. Lan Xichen se sentía extraño. Se secó la cara y salió del baño cuando oyó sonar el timbre de la entrada. Wanyin estaba aquí.

Cargó su maleta y apagó las luces de su habitación.

El timbre volvió a sonar y Lan Xichen se apuró en abrir la puerta. Ni bien vio a Lan Xichen, Jiang Cheng no dudó en abalanzarse sobre él y abrazarlo. Lan Xichen dejó escapar un gemido de dolor y se aferró al cálido abrazo.

—Siento mucho tu pérdida.

Desde que se enteró de la muerte de su padre, Lan Xichen no había llorado. Las sentidas palabras de Wanyin calaron hondo en su corazón, pero seguía sin llorar.

¿Qué le pasaba?

El abrazo duró un tiempo más que necesario, y Jiang Cheng no pudo evitar pensar que Xichen se había vuelto vulnerable en su presencia.

—Xichen...

Lan Xichen se separó de él a regañadientes, Jiang Cheng le dio un breve beso y alcanzó su propia maleta.

—¿Y eso?

—Bueno, capitán obvio. Una maleta.

—Sí. Sé lo que es. Pero, ¿por qué...?

—Fácil. Voy contigo. Y antes de que digas que no, tu hermano y tu tío me dieron el visto bueno para llevar a cabo este plan.

—Shufu... Y Wangji...

—Sí. Ellos no quieren que estés solo y yo tampoco quiero que estés solo.

—Pero Wanyin... No puedo pedirte que hagas esto por mí.

Jiang Cheng tomó la barbilla de Lan Xichen y sus miradas se encontraron.

—No es una obligación. Quiero ir contigo, Xichen.

Lan Xichen sintió las emociones reflejadas en los ojos de Wanyin. En ese momento no le cabía ninguna duda... Su corazón había elegido bien.

***

Llegaron al aeropuerto y fueron directamente a los hangares privados. El plan de vuelo consistía en dirigirse al norte de Gusu y desde allí ir por carretera hasta llegar al pueblo.

***

El pueblo había quedado congelado en el tiempo. Mientras viajaban en un coche alquilado, Lan Xichen podía ver el bosque y la abundante vegetación. Pero la vista de la montaña se llevaba toda la atención.

¿Aquí había escapado su padre? Por más magnífico que sea el lugar, lamentablemente no había otra palabra que Lan Xichen pudiera utilizar para hablar de las acciones de su padre.

Persuasión Y Sentimientos (XICHENG FANFIC)Where stories live. Discover now