Velo Púrpura

28 6 1
                                    

Prefacio

Todo es tan raro, nunca me he acostumbrado a ver a través del viento, aunque siempre intento analizarlo todo, solo me he quedado con aquello que me enseña las vertientes del respiro, pero algo extraño está por suceder, escucho algo, siento algo muy dentro de mi pecho, mis ojos pardos pueden percibirlo, pero no logro ver más allá de lo que me ofrece el horizonte. Es como un sueño, un letargo en el que me siento oprimida, y al mismo tiempo libre, es como caminar a ciegas en un laberinto sin fin, pero no quiero escapar de ello, escapar de esa melodía compleja que necesitas escuchar, pero no sabes el motivo, te preguntas el concepto del todo, de la nada, sin saber si ello pertenece a algún lugar.

No recuerdo haber estado aquí antes, no tengo la menor idea de cómo he llegado aquí, estaba dormida, extraviada en un bosque, un manantial de árboles en invierno, la densa neblina, un frío que no quema, con la dulce intriga de querer saberlo todo, la curiosidad a flor de piel, mi corazón apresurado, un cielo encapotado y en el camino un sendero que nunca jamás había conocido. Después de varios días vuelvo a despertarme y me encuentro aquí, con demasiadas interrogantes, un infinito de posibilidades aturdiendo mi memoria, sin saber a qué lugar pertenezco.

¿Por qué estoy aquí? ¿Qué ausencia me consume desde adentro? ¿Que vacío anida el abismo de mi alma? ¿̈Cómo puedes dejar la puerta descubierta a un ave y este aún no quiera escapar? Puedo escuchar el cántico de los pájaros, la dulce rapsodia de los cardenales, una brisa sublime y mis pies descalzos sobre el césped. Siento cada amanecer que debo regresar, aunque no es muy sutil extraviarse para encontrar lo perdido, si un recuerdo no es olvido y un acuerdo no es un recuerdo, me deja la interrogante y la sensación de si he caminado dormida soñando con los ojos abiertos.

Velo PúrpuraWhere stories live. Discover now