Capítulo 4 Los Hilos Del Destino

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El bullicio de la oficina editorial llenaba el aire mientras Li Wei revisaba algunos documentos importantes en su despacho. A su lado, su fiel asistente un beta, Zhang Wei, observaba con atención, listo para cumplir cualquier orden que su jefe pudiera darle. Zhou Feng, otro de los asistentes de Li Wei, aguardaba en segundo plano, dispuesto a asistir en lo que fuera necesario.

"Esa reunión es crucial, Zhang Wei. Asegúrate de que los abogados entiendan que no aceptaré un no por respuesta de esa gente", ordenó Li Wei con tono firme.

Zhang Wei asintió con determinación. "Entendido, señor Li. Haré todo lo necesario para garantizar que el acuerdo se cierre a nuestro favor."

Mientras tanto, en el restaurante de los ancianos Wang, Cheng Liu y Liang Jiang se preocupaban por el estado de salud de los ancianos.

"Debemos hacer algo, Liang. No podemos permitir que esos abogados sigan acosando a los ancianos Wang de esta manera", dijo Chen con una voz decidida.

Liang asintió solemnemente. "Tienes razón, Chen. Vamos a hablar con ese Li Wei y exigirle que detenga esta injusticia."

De vuelta en la oficina de Li Wei, la tensión se palpaba en el aire mientras los abogados presentaban sus informes sobre el progreso de las negociaciones.

"Señor Li, algunos de los propietarios se están resistiendo a vender. Parece que necesitaremos utilizar tácticas más agresivas para convencerlos", informó uno de los abogados.

Li Wei asintió con determinación. "Hagan lo que sea necesario para asegurar la compra de esas propiedades. No aceptaré ninguna excusa."

Zhou Feng observaba en silencio desde un rincón oscuro de la habitación, sintiendo una mezcla de admiración y envidia por su jefe.

Mientras tanto, Chen y Liang se dirigían hacia la oficina de Li Wei, decididos a enfrentarse a él y exigir justicia para los ancianos Wang.

Al llegar a la editorial en busca de justicia, Chen y Liang se encontraron con una recepcionista que los recibió con una mirada escéptica. "¿Qué desean aquí?" preguntó con frialdad.

Chen respondió sin titubear: "Queremos hablar con Li Wei, es tu jefe verdad."

La recepcionista los miró con recelo. "¿Tienen una cita programada?"

Al negar con la cabeza, la recepcionista frunció el ceño. "Lo siento, sin cita no pueden entrar. No causen problemas o tendré que llamar a seguridad para sacarlos."

De vuelta en la oficina de Li Wei, la tensión se palpaba en el aire mientras los abogados presentaban sus informes sobre el progreso de las negociaciones.

"Señor Li, algunos de los propietarios se están resistiendo a vender. Parece que necesitaremos utilizar tácticas más agresivas para convencerlos", informó uno de los abogados.

Li Wei asintió con determinación. "Hagan lo que sea necesario para asegurar esas propiedades. No aceptaré ninguna excusa de su parte."

Zhou Feng observaba en silencio desde un rincón oscuro de la habitación, sintiendo una mezcla de admiración y envidia por su jefe.

En la recepción, Chen y Liang, frustrados por ser rechazados, intercambiaron una mirada determinada. Sin palabras, Chen avanzó hacia la entrada principal, empujando con fuerza las puertas cerradas. Liang lo siguió de cerca, compartiendo su determinación.

Intentaron ingresar a la fuerza, pero la seguridad los detuvo rápidamente. Chen, desesperado, corrió hacia los ascensores, decidido a buscar a Li Wei personalmente.

Mientras tanto, en la oficina de Li Wei, la tensión de la reunión se vio interrumpida por el sonido de un golpe en la puerta. Li Wei frunció el ceño, molesto por la interrupción.

"¿Qué sucede?" preguntó con impaciencia.

La puerta se abrió de golpe y Chen irrumpió en la habitación, con su mirada llena de determinación y furia contenida. Mientras se enfrentaba a Li Wei, Chen no pudo evitar notar la apariencia impecable del omega: su cabello oscuro y sedoso caía en suaves ondas alrededor de su rostro, contrastando con sus penetrantes ojos azules que reflejaban determinación y una reservada intensidad.

A pesar de su impresionante belleza, Chen sabía que detrás de esa fachada se escondía un alma fría y distante, dispuesta a cualquier cosa para lograr sus objetivos egoístas.

"¿Eres Li Wei?" preguntó Chen, desafiante.

El omega, molesto por la interrupción, liberó su feromona para someterlo. Chen, resistiéndose con todas sus fuerzas, gritó con determinación: "¡No me someterás, Li Wei! ¡Detendré tu injusticia!"

La mirada de Chen se encontró con la de Li Wei, y un escalofrío recorrió su espalda al sentir las feromonas del omega inundando el ambiente. Lentamente, Chen se arrodilló en el suelo, con la mirada fija en Li Wei, incapaz de apartarla.

Li Wei, molesto por la intrusión y desafiado por la resistencia de Chen, se acercó con paso firme. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó el mentón de Chen con frialdad, obligándolo a mirarlo directamente a los ojos.

"¿Quién te crees que eres para desafiarme así?" dijo Li Wei con voz gélida, mientras golpeaba la mejilla de Chen con desdén.

Chen apretó los dientes, sintiendo la quemazón en su mejilla, pero mantuvo su mirada desafiante hacia Li Wei.

"Con tu actitud, Chen, me estás obligando a ser mucho más cruel de lo que hubiera deseado", espetó Li Wei con una sonrisa fría. "Pero no te preocupes, al final obtendré lo que quiero: esa propiedad será mía".

Mientras tanto, Zhou Feng, el asistente de Li Wei, observaba la escena con una mezcla de preocupación y obediencia. Con un gesto de su jefe, se apresuró a tomar el teléfono y llamar a la policía.

"Señor Li, la policía está en camino", informó Zhou Feng, con voz temblorosa.

Li Wei asintió con satisfacción. "Muy bien. Que se lleven a estos intrusos", ordenó con frialdad, señalando a Chen y a Liang, quien había sido detenido por la seguridad.

Con una expresión impasible, Li Wei observó cómo Chen y Liang eran escoltados fuera de la oficina, sabiendo que había enviado un mensaje claro a cualquiera que se atreviera a desafiarlo.

Chen, al ser llevado por la seguridad, no pudo contener su rabia y gritó en medio del caos: "¡Esto es una injusticia! ¡No nos detendremos hasta obtener justicia para los ancianos Wang!"

Mientras tanto, los asistentes de Li Wei se acercaron a él con cautela, conscientes de la gravedad del incidente.

"Señor Li, se ha instruido a todos en la empresa que no hablen de esto", informó uno de los asistentes, con voz tensa.

Cautivados Por El Destino Where stories live. Discover now