-A ti y a esta cachorrita.

El Omega de Harry salto emocionado ante el reconocimiento de Louis con su hija, creía que tal vez le costaría darse cuenta pero no, rápidamente se dió cuenta que esa bebé era suya.

-Louis, te recuerdo que tú y yo ya no estamos juntos.

-Que rompieramos no significa que dejáramos de pertenecernos, tú eres mi Omega y yo soy tu alfa. Nuestros lobos y partes humanas lo saben, no quieras negarlo, Omega. Y algo me dice que esa cachorrita que tienes en brazos es mía, mi lobo desde que la vió se dió cuenta. Algo en ella nos llama para que estemos a su lado.

Harry inhaló y exhaló de manera temblorosa, los nervios carcomian su ser ya que nunca se imagino que volvería a ver a Louis en estas circunstancias. Creyó que tendría un parto tranquilo pero desde el momento que se adelantó supo que nada sería como pensaba.

-¿Cómo me encontraste? - Intento desviar la plática, y si Louis se dió cuenta de su cambio no dijo nada. -Nadie a parte de mis padres sabía que me encontraba en este hospital.

-Recibi un aviso sobre que una de mis tarjetas estaba siendo utilizada, cuando informaron el motivo me dije que tenia que venir rápidamente y aquí estoy.

-¿Tu tarjeta? - el rizado murmuró pensativamente y dejo caer su cabeza contra la almohada al darse cuenta que su billetera no estaba a la vista. -Ese tonto se confundió de tarjeta.

-¿Dijiste algo?

-No, nada. Solo estaba pensando en voz alta. -La cachorrita bostezo abriendo su pequeña boquita llamando la atención del Omega, este delineó el rostro de su bebé con un dedo aún sin poder creer que su pequeño frijol ya se encontrará en sus brazos. La bebé abrió y cerró varias veces su boca y Harry recordando que una de las enfermeras le comento que esto podía significar que tenía hambre comenzó a mover la bata del hospital pero al recordar que Louis se encontraba ahí se detuvo. -¿Podrías darte la vuelta, por favor?

-Omega, te he visto más de una vez, conozco tu cuerpo mejor que tú mismo.

-Tonto, pero hay algo que se llama privacidad, además. -Desvío la mirada en el momento que sintió el calor subir a su rostro. -Me da vergüenza.

-No tienes porque sentir vergüenza al alimentar a la cachorrita, es algo muy normal que no tiene porque apenarte. Pero si te incómoda, está bien. Me daré la vuelta mientras le das de comer.

-Gracias, Louis.

Louis trato de no voltearse cuando Harry se quejo un poco, recordaba vagamente que el darles pecho las primeras veces a los cachorros resultaba ser un tanto doloroso para las mamás.

Pasaron interminables minutos para el alfa de Louis que se encontraba con los nervios de punta, cada quejido que soltaba el Omega hacia que su instinto de proteger y calmar a Harry fuera cada vez más fuerte. Camino un poco sin voltearse, esto lo hacía con la intención de despejar su mente y que el calor que nuevamente comenzaba a sentir se desvaneciera.

El malestar por estar en celo era mínimo, ya era solo como un vago sentir, tal parecía que su alfa pasó el celo lo más rápido posible para estar alerta en caso que su Omega lo llegara a a necesitar, a este ritmo el leve calor que comenzaba a sentir se iría rápidamente.

Al ser sometido a muchos cambios y tensiones normalmente provoca que el celo de un alfa u omega se viera interrumpido.

-Ya puedes voltear.

Rápidamente el alfa lo hizo, Louis dejo salir un suspiro lleno de ternura al presenciar cómo el pequeño bulto que se encontraba entre las mantas ya estaba dormido con una mejilla apoyada en dónde el corazón de Harry se encontraba.

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⏰ Última actualización: Apr 08 ⏰

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𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐃𝐞𝐬𝐭𝐢𝐧𝐨 • 𝐋.𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora