—¿Papá sabe?

—No sobre el chantaje que ese canalla te hizo —aclaró logrando con ello que pasara saliva, avergonzada—. Vi el acuerdo, Samantha.

La joven palideció, en respuesta su hermano alzó su barbilla con una mano y sonrió orgulloso, aunque triste.

—No sé si sentirme orgulloso o asustado.

—Si les decía algo, papá podría haber terminado en prisión. Tú mismo dices que está muy bien hecho.

—Lo sé, bastante —aceptó afligido, acariciando su mejilla con ternura—. Los Craig no se quedarán ni con una pizca de la empresa de mi padre, como era su plan.

Samantha arrugó la frente.

—¿Crees que Kylian estaba implicado en esto?

—Claro, lo planeó con su hermana.

La joven se alejó negando, de alguna manera sabía que eso no era así.

—¿Estás seguro? ¿Eso te dijeron?

—No, pero es lo obvio.

Sam frunció el ceño.

—No, no quiero escuchar más sobre lo "obvio" sino sobre la verdad. Y Kylian no sabía que su hermana planeó ese robo.

Camille se irguió desconcertado.

—Eso no lo sabes. El tipo de te usó.

Eso dolió, aun así, Samantha negó decidida desde la cama.

—Él estaba intentando cubrir el fraude que supuestamente hizo mi padre, eso lo sabía Kasha, sabía que Kylian buscaría solucionarlo.

Camille arqueó una ceja, aturdido. Aquello era más complejo de lo que pensó y se sentó de nuevo, paciente.

—Dime todo lo que sabes.

Sam se lo contó sin perder detalle la conversación de su cuñada. Él soltó un suspiro, rascándose la barba que no dejaba pasar el centímetro de largo.

—¿Dices que el... que Craig estaba "cubriendo" el fraude de mi padre? —entrecomilló escéptico.

—Sí, iba a perder mucho por eso, lo sé, pero me lo prometió. Solo cumplía su parte.

—Vaya —resopló Camille, pensativo. La situación era más que fríos números y pruebas, comprendió tenso.

—¿Qué harás, Cam? —preguntó ella, agobiada. El hombre la evaluó, de algo se perdía.

—Su hermana debe enfrentar esto, Samantha, él también. Lo que hizo no es lo correcto. Fue vil, sucio.

Las palabras de su hermano estaban llenas de razón, pero no quería, por alguna razón que se inmiscuyera más, aunque no podía evitarlo por completo, estaban hablando del padre de ambos.

—¿Se lo dirás a papá? —quiso saber apretando las manos.

—No por ahora, me preocupa su corazón. Pero tu ilustre maridito ya lo sabe. Yo mismo se lo dije. Le exigí terminar esta farsa y resolver lo de su hermana de una buena vez. La quiero en prisión y a él, muy lejos de ti. Luego veré la parte comercial. Lo primero son tú y papá.

Samantha sintió que el estómago se le iba hasta los pies. Pestañeó varias veces, incrédula.

—¿Cuándo? —preguntó con torpeza, sintiendo unas leves náuseas.

Camille bajó la mirada y se rascó el cuello.

—Hace unas horas...

Su hermana esquivó sus ojos, mismos que se anegaron en el acto.

Solo para mí.  Serie Streoss I •BOSTON•Όπου ζουν οι ιστορίες. Ανακάλυψε τώρα