8. Tormenta.

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Una semana entrenando y avanzaba paso de tortuga sin una de sus patas, cada sesión era más exigente, agotadora y peligrosa, y aún así mi progreso no era nada productivo, últimamente Jeux había solicitado ayuda de otros jóvenes para ambientar arenas de entrenamiento. Consideraba que el coliseo era un método antiguo y con nosotros había que probar nuevas técnicas.

Para esta ocasión tendría dos caras similares, Luke y Calum y una chica con la cual compartía la clase de educación física en la Academia. Era un alivio tenerlos cerca, aunque al ser mis amigos me preocupaba más, ya que la ultima vez casi mande a uno de los chicos a emergencias.

Estábamos en el medio de una selva en uno de los extremos más escondidos de Tasmania, todo era hermoso, desde la vegetación hasta la fauna. Pero había que despejar el área, así que Calum con sus poderes lidero a los animales para que abandonaran el terreno.

Me sentí algo triste, siempre había amado como cada país, región y parte del mundo tenía una fauna singular y característica.

– Aria – dijo Luke devolviéndome a la realidad, su sonrisa era entre burlona y traviesa lo hubiera besado ahí mismo sin importar si estábamos solos o no, pero no podía, estaba sentada en un tronco viejo jugando con un pequeño y extraño gusanito.

Me gustaba la idea de tenerlo cerca durante este entrenamiento, de alguna manera me brindaba mas confianza y determinación.

– Oh – murmuré recordando lo que sucedería a continuación así que me levante, y sacudí mi pantalón ahora lleno de tierra. Luke pestañeo y como de costumbre el azul abandono su mirada, el hazel le daba una seriedad inexplicable a su rostro. La manera tan calma y controlada en la que usaba sus poderes me sorprendía, cada árbol, arbusto, flor, planta lo que sea rejuvenecía y se encogía hasta desaparecer debajo de la tierra, la selva fue abriendo camino para nosotros.

Era increíble como Luke manifestaba sus habilidades, de no ser por el nuevo color en sus ojos creerías que es solo un chico viendo como la vegetación se oculta, pero no, era maravilloso ver como el rubio era capaz de crear vida en vez de destruirla. Al cabo de unos minutos estábamos en una zona árida con un radio aproximado de cinco kilómetros.

Suspiré ansiosa y él me dedico una sonrisa tranquilizadora, el celeste había vuelto a sus ojos justo después de guiñarme un ojo.

En un santiamén Calum había instalado un pequeño fuerte a unos cien metros de mi posición actual, ahí se resguardarían en caso de que algo saliera muy mal.

–¡Stormie! – gritó Jeux y podía ver como se acercaba Lauretta Bongonilli, aún a lo lejos ella resaltaba, era una chica de tez pálida y la respingada nariz típica de los italianos, era alta y muy corpulenta, sus curvas habían distraído a Calum al principio de la sesión (a una Lia definitivamente no le hubiera gustado eso).

Obviamente su sobrenombre fue robado de x-men, ya que ella tiene exactamente el mismo poder que Tormenta, solo que en vez de Halley Berry tenemos una rubia testaruda y en vez de un poderoso y malvado Magneto, tenían a una chica de cabello lila y múltiples perforaciones.

Ella levanto los brazos con aburrimiento y clavo sus ojos al cielo, este comenzó a nublarse de la nada y un viento frío azotó nuestros rostros, mi cabello lila salió de la coleta, las nubes eran oscuras y de repente se veían relámpagos trepando entre ellas, seguidos de truenos.

Tragué grueso.

Luke y Calum ya no estaban en mi punto de visión.

– ¡Muy bien Mason! – grito una voz violentamente, me gire con cuidado para que mi cabello no golpeara mi rostro, apenas podía oír con las ráfagas de viento azotando todo mi ser, me encontré con la típica expresión de amargura de Jeux – La electricidad es tu mejor amiga. – añadió y le hizo una seña al resto.

Electricity.Where stories live. Discover now