FIRE ON FIRE ⎯⎯⎯ house of the dragon

006 | ILUMINAMOS EL CAMINO

AÑO 128 DESPUÉS DE LA CONQUISTA
DESEMBARCO DEL REY
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Otto Hightower no parecía especialmente complacido de verla, aunque había sido él quien la había llamado. Sentado tras su escritorio, con las cejas contraídas en un gesto enfadado, escribía bajo la opacidad de una vela que había dejado de arder, ahogada en un charco de cera, y apenas iluminado por la luz de la mañana que ya brillaba entre los postigos.

Le es fácil predecir que algo pasó.

Algo malo.

Lo más desconcertante son los hombres que iban y venían llevándose las pertenencias de la mano del rey, vaciando la estancia y dejando caer una presión que cierra sobre la garganta de Alicent con el presentimiento previo a la catástrofe de tener que enfrentarse a una situación desagradable. Ellos se inclinan con respeto ante su llegada, pero Alicent apenas y les da una mirada.

—¿Qué sucede, padre? —pregunta empleando su tono más diplomático en presencia de personas externas a su familia. Es fácil esconder el nerviosismo bajo la alfombra hasta que pueda traerlo a colación a puerta cerrada y en privado.

Cuando él la mira, cierra la expresión en una mezcla de furia y decepción terrible. Alicent hace lo posible por mantener la espalda erguida y los hombros cuadrados.

—Salgan —ordenó con voz imperiosa. Era un hombre entrado en años, pero también más fuerte de lo que parecía e imponía un respeto ante el que todos obedecían sin rechistar. Apenas hay un instante de silencio entre ambos y basta para que la tensión se vuelva asfixiante—. ¿Qué hiciste, Alicent?

El rostro de su padre está demasiado tenso, y ella misma no puede evitar ponerse a la defensiva ante la acusación inmerecida.

¿De qué puede culparla ahora?

Sabe que está molesto con ella. Quiso incordiarla para que siguiera insistiendo en provecho de la vulnerabilidad de Rhaenyra, hasta que, en un acto pobre e inmerecido en el que Alicent apenas y pudo fingir poniendo poco esfuerzo, tuvo que ignorar el ardor que sintió en carne viva mientras hablaba con la princesa, tratando de pretender que no arrastraban años de enemistad entre ambas.

La negativa de Rhaenyra bastó para que Alicent cortará cualquier otro esfuerzo de Otto por acomodarla con quien quiso igual que años atrás cuando la mandó vistiendo los vestidos de su madre a los aposentos del rey. Y es que él no la conocía tan bien como ella. Rhaenyra no es tan voluble como Viserys, en especial respecto a aquellos a quienes no considera de su mismo lado. 

Razón suficiente para ir en contra de los deseos de la mano del rey.

Esta versión que se niega a cumplir con los mandatos de su progenitor es nueva. Hasta ahora, Otto Hightower solo ha conocido a una Alicent sumisa. Pero ya no lo es; hace mucho que Alicent dejó de ser una niña obediente guiada por la Doncella, ahora es guiado por la Madre, por su paciencia, su fortaleza y por su ferocidad para proteger a los suyos.