𝐓𝐇𝐄 𝐋𝐀𝐒𝐓 𝐖𝐈𝐍𝐓𝐄𝐑 ❄️𝐊𝐎𝐎𝐊𝐕

Cap 18🍷

Dicen que cuando tú final está cerca ves tú vida pasar en cuestión de segundos, pero a diferencia de Taehyung lo último que recordó fue un sonido ensordecedor taladrandole los oídos, como su torrente sanguíneo se aceleró y su respiración se volvía lenta, y un dolor agudo en la parte baja del abdomen y su cabeza haciéndo estragos en su interior, y de repente todo se convirtió en un abrumadora nube oscura y densa.

El conductor del auto contrario solo sufrió traumatismos y un esguince en el brazo derecho, la parte más delicada se la había llevado el alfa quién había quedado en medio de los hierros retorcidos a raíz del impacto, los hilos de sangre saliendo por su boca y parte de su cabeza donde había llevado la mayor parte del golpe.
A pesar de la gravedad de la situación Taehyung no había perdido del todo la conciencia, pues logro escuchar voces gritando " pidiendo una ambulancia" sintió el calor de su sangre bajando lentamente sobre sus mejillas, el olor a gasolina y la ventisca fría que se colaba por el parabrisas roto del vidrio delantero golpeandole el rostro, su pulso disminuía y podía escuchar su corazón latir cada vez más lento, y lo peor de todo fue ese desespero por intentar abrir los ojos, los párpados le pesaban y mucho, y por más esfuerzos que hiciera era inútil, y más que el dolor físico que lo afixiaba la máxima agonía fue saber que a lo mejor ese sería el último día que sus ojos verían la luz del sol, aquel invierno que tanto odiaba y ese verano que tanto amaba, esas noches silenciosas cargadas de estrellas en la casa del árbol cuando recibió su primer beso, y la sonrisa de Jungkook formándose en aquellos delgados labios, la segunda vez que hicieron el amor pudo notar que los besos de Jungkook eran diferentes sin perder el grado de pasión en sus caricias, esa última vez que se entregaron Taehyung noto que él  brillo en los ojos de su destinado lo decía todo, oh qué injusto era el destino, no le podria decir que a pesar de todo 'lo amaba' y que siempre lo amo.

Los latidos de su corazón se volvían más lentos, y los ruidos del exterior los escuchaba más y más débiles, hasta que todo se volvió un absoluto silencio, como el aleteo de las mariposas monarcas cuando agonizan, cuando su esperanza de volver a emprender el vuelo es nula, que corta es la vida para los que aman y para los que sufren, es solo un efímero aleteo de mariposa.

Eran las 9:45 am Jungkook se encontraba ansioso después de la discusión con Taehyung, su lobo estaba angustiado rasgando en su interior desesperadamente y eso lo hacía sentir más intranquilo, no sabía porque su lobo estaba tan inquieto, le había marcado un par de veces al castaño pero sus llamadas eran desviadas a buzón, pensó que a lo mejor había apagado su automóvil, Taehyung iba sumamente molestó cuando se marchó del estacionamiento y el alfa se sentía desconcertado pues era la primera vez que veía al castaño reaccionar de esa manera, se resigno a seguir llamándole y se marchó al restaurante pero la angustia no lo dejaría tranquilo el resto del día.

Al llegar al restaurante se encerró en la oficina no queria que nadie lo molestará, le dijo a Sam que se encargara de la cocina, tomo su cajetilla de cigarros y se puso a fumar más de lo habitual, su lobo estaba muy ansioso y no lograba calmarce de ninguna forma, los minutos transcurrian cuando el beta tocó la puerta informándole que su padre había llegado y necesitaba hablar con él.

Tuvo una pequeña reunión con su padre y el mayor lo noto intranquilo, y le pregunto que le sucedía pero Jungkook se negó a responder la pregunta, lo sintió hipócrita de parte de su padre, pues el alfa jamás se había preocupado por él, y que viniera hacerse el "amable" de repente solo le causaba repulsión, Baek fue alguien severo y frívolo con él, jamás mostró un gesto de amabilidad y cariño hacia su propio hijo, como tampoco lo fue con su hermano Jin, aunque en el caso de Jungkook solía ser más drástico de lo normal, el pelinegro detestaba con todo su ser a su progenitor, no solo por los traumas que le había causado desde su adolescencia, si no también por su desdén, su apatía y desinterés, el haberlo obligado a estudiar una carrera que no quería cuando sus sueños eran otros, y más aún por tenerlo a cargo como un
' exclavo' en el restaurante.