͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ 𝟎𝟓.

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───Le dije boludo, ella no sabía nada ───el se quedó incrédulo y no lo culpaba, yo estaba igual.

Los chicos desviaron sus ojos a las borrosas siluetas de nuestros amigos, que por fin después de esperar treinta minutos se hacían presentes.

───¡Gordis! ───la voz de Francisco se escuchó a la distancia, ¡por fin!.

───Eaaahh ───todos corrimos hacia los recién llegados con plena emoción.

El grupo estaba reunido nuevamente.

───Boludo, ¡te re extrañe! ───Juani se abalanzó sobre mí.

───Yo también ───correspondí su abrazo y me dirigí a los demás.

───¡Feli! ───Romero me tomó en brazos.

───¡Fran! ───lo abrace de vuelta ───¿Qué tal el viaje? ───pregunte.

───Bien ───respondió Kuku, detrás del ojiazul, llegó la madre del grupo.

───¿Cómo andas? ───lo saludé.

───Bien, ¿vos?.

───Cansado ───asentí, era válido sentirse así, no era un vuelo corto.

───¿Y Agustín? ───el señaló el paradero del uruguayo y yo me acerqué.

───Pero si sos un hijo de puta ───hable cuando lo tenía enfrente ───Quien te manda manejar como una tortuga, gil.

───Discúlpame, boludo ───habló mientras me abrazaba ───Pero ya estamos acá.

───Casi una semana después ───recrimine y el asintió rendido.

───Pero vamos a recuperar el tiempo perdido, ¿no? ───Juani se recargó en los hombros del uruguayo.

───Che, hay que entrar ───Enzo nos alentó a entrar y llevar a los cuatro recién llegados dentro de la casona.

───Les va a encantar ───agregue.

───¡No me la contes! ───Juani pegó de brincos emocionado ───Es bellísimo.

───Naaah, pero bueno ───Lain se veía igual de feliz que Juani.

───Escogiste re bien eh ───Esteban levantó el pulgar a Enzo.

───¡Bienvenidos a la casona Torres! ───saludó el tío de Azul.

───Ellos son los que faltaban Fer ───Enzo se acercó al mayor y el asintió.

───Bien, Azul les dio las habitaciones para ellos, ¿verdad? ───Vogrincic asintió ───Les ayudó con sus cosas ───tomó las valijas que pudo de los chicos y emprendió al segundo piso, con ayuda de todos los demás.

Mientras subían recapacite lo que Simón me había dicho y tal vez, muy probablemente Claudia ya sabía lo que pasaba con su sobrina, por lo que tomé la decisión de preguntarle nuevamente por lo que le pasaba a Azul y como su ausencia me parecía extraña.

───Clau ───la llame.

───Dime ───dejo lo que estaba haciendo y volteó a verme atenta.

───¿Sabes algo de Azul? ───mi rostro enrojeció probablemente.

───Si, Pipe ───respondió ───Mi hermana me llamó hoy y me dijo que Azul se había enfermado ───su cara reflejó pena por su sobrina, ¿tan mal estuvo?.

𝐀𝐙𝐔𝐋. 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗽𝗲 𝗼𝘁𝗮𝗻̃𝗼.Where stories live. Discover now