Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
pipe's pov ❛ conversaciones ❛
Habíamos llegado a la playa hace menos de 5 minutos, Cancún era el destino perfecto, sabíamos que iba a ser casi imposible encontrar un buen lugar para quedarnos durante el tiempo que queríamos, Enzo fue quien encontró la casona en la que ahora nos íbamos a hospedar, era el lugar perfecto, vista al mar, habitaciones de ensueño y una linda chica.
Azul, quien a todos nos había parecido una chica bellísima, fue muy amable con todos nosotros.
Si decido ser sincero conmigo, si era muy linda.
───¡Por fin! ───Santi empezó a rodar en la arena, que por obra del destino no estaba lo suficientemente caliente como para quemarlo.
───¡Che, no te vayas tan lejos! ───Enzo le advirtió, al ser el más mayor ahora actuaba como el papá del grupo, lastima que Kuku llegaba una semana después porque actuaba exactamente igual a Enzo.
Esteban, Juani, Agus y Fran llegarían hasta la semana que viene, no podían acompañarnos a los demás porque no había más vuelos disponibles y preferían esperar.
───¿Nos ponemos acá? ───señale un espacio vacío en la arena, no había mucha gente en la playa, era un lugar re turístico pero en ese momento el sitio estaba casi vacío.
Pusimos las sombrillas, las mantas, refrigerios, birras y ordenamos todo.
───Pipon, ¿esa es Azul? ───Blas susurró, sin querer llamar la atención de los otros.
───Si ───afirmé, la castaña estaba a pocos metros de nosotros con un bello bikini rojo.
───Mírala ───Polidori señaló el camino de la chica, que ahora iba en dirección al mar.
───¡Voy a nadar! ───avise sin mirar atrás, intentando alcanzarla después de divisar a la ojimiel en aquel mar, sin dudas tenía que meterme.
La busque con la mirada durante largos segundos hasta que pronto apareció enfrente de mi.
Tuvimos una pequeña y amena conversación, ahora que la tenía más cerca los pibes no estaban tan equivocados sobre la belleza de Azul, note como pequeñas pecas adornaban su bonito rostro mientras su cabello mojado caía por su hombro y sus ojos brillaban más que nunca gracias al sol.
No dude ni un segundo en invitarla a pasar el rato con nosotros y accedió después de un rato.
───Chao ───me despedí mientras ella volvía a sumergirse en el agua celeste.
Volví a la arena y avise a los chicos.
───Invite a Azul ───dije secandome el cabello con una toalla.
───¿Qué? ───dijo un Matias confundido.
───¿No querés?, la encontré en el mar y le dije que viniera a pasar un rato con nosotros.
