͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ 𝟎𝟒.

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pipe's pov❛ paraíso tropical ❛

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pipe's pov
paraíso tropical

El día en la playa fue bellísimo, no solo por lo lindo que el paraíso tropical era, si no por la compañía.

───Gracias Pipe ───la ojimiel me agradeció después de acompañarme a la casona.

───No hay de que, Azul ───sonreí.

───Me la pase muy bonito contigo ───sus mejillas radiaban un destello carmesí.

───Yo también.

───Te agradezco muchísimo, de todo corazón ───tomo mis manos con las suyas, muy suaves para ser reales.

───No pasa nada Azul, te juro que yo lo hago porque me caes muy bien ───conteste nervioso.

───Podemos hacernos amigos  ───confesó ───Si así quieres, obviamente ───sonrió ampliamente.

───Quiero ser tu amigo ───acepte.

───¿Puedo abrazarte? ───se acercó y yo asentí.

───Dale ───tome a Azul en mis brazos con un cálido abrazo. La chica parecía diminuta a comparación de mi, no era de poca estatura pero aún así la sentía de esa forma, encajaba a mí.

───Nos vemos Pipe ───sonrió cálidamente antes de alejarse de mí.

───Chau ───me despedí, añorando que ese no fuera el último abrazo.

Pero, los días pasaron desde aquello y yo no había vuelto a ver a la chica desde el abrazo y ya me había preocupado por ella, ¿estará bien?. Incluso le pregunté a sus tíos por su ausencia pero ni siquiera ellos tenían una respuesta concreta y yo no tenía ninguna forma de contactar a Azul, ¿era el fin de algo que aún no comenzaba?, ¿se habrá ido con su padre?, que gil.

Ni siquiera tuve los huevos de volver a preguntar por ella a sus tíos, tal vez así como había vuelto después de dos días a la casona para ir de compras volvería de nuevo, eso esperaba realmente.

───Boludo, ¿estás bien? ───Blas entró a nuestra pieza y se detuvo a observarme.

───Re bien ───sonreí levemente.

───Tenes cara de que te queres matar desde hace días ───hizo una mueca de preocupación y tomó asiento al lado de mi.

───Nah ───conteste sin ganas.

───Créeme que si ───revolvió mi cabello.

───No me rompas los huevos, Blassito ───quite su mano.

───Buehh, no te enojes ───hizo un puchero y luego soltó una carcajada.

───No me toques el pelo, sabes lo poco que lo tolero ───rodé los ojos y el asintió obediente.

𝐀𝐙𝐔𝐋. 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗽𝗲 𝗼𝘁𝗮𝗻̃𝗼.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora