Después de ti

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El viento sigue siendo frío, las noches son más oscuras, más largas, plagadas de dolorosas pesadillas que lo atormentan cada vez que su mente se sume en la oscuridad, no son más que simples pesadillas disfrazadas de recuerdos, algunos brillantes luminosos y cálidos que luego se transforman en algo aterrador solitario y frío que lo hacen despertar en medio de lágrimas y desgarradores alaridos, para permanecer despierto hasta que finalmente la noche se termina y un nuevo día comienza.

Entonces el amanecer lo encuentra así, tendido en su cama, con rastros de lágrimas secas que recorren su mejillas, con los brazos alrededor de su cuerpo como intentando mantener juntos los destrozados pedazos de su alma, con la mirada perdida en dirección a la ventana donde el sol se asoma un día más, esperando. Solo esperando.

Otro amanecer. Otro día. Y eso es probablemente aún más tenebroso para él que la noche misma, más que las pesadillas, porque eso significa afrontar la realidad, su realidad. Porque ya no puede esconderse en ese mundo de fantasías donde puede estar cerca del otro, verlo, escucharlo, sentir sus labios una vez más, porque prefiere esos segundos de paz antes del tormento, porque sabe que al despertar todo habrá desaparecido una vez más.

No sabía en qué momento desde su partida, las pesadillas que tanto lo atormentaban en el pasado, se habían vuelto sus mejores aliadas, en algún punto había comenzado a anhelar las noches oscuras y frías, y los días se habían vuelto sus peores enemigos.

Porque era entonces cuando tenía que reorganizar los pedazos de su corazón, reunir la fuerza suficiente para levantarse y enfrentar nuevamente un mundo sin su presencia, un mundo vacío y sin sentido, sin razones para seguir luchando. Un nuevo día donde sus pensamientos lo atormentan y su corazón se siente cada vez más pesado en su pecho.

Pero no puede renunciar a la más mínima esperanza, aún se aferra a ella con desesperación y espera. Sigue esperando. Probablemente lo hará por siempre, hasta el último aliento de su vida, porque eso es lo único que lo mantiene cuerdo, es lo único que lo mantiene atado a su existencia miserable.

Los días parecen ir más lento desde que él otro ha desaparecido, las horas son más largas, casi eternas, los minutos se arrastran lentamente, como si el mundo hubiese frenado su velocidad solo para burlarse de él, todo él se siente aletargado también, como si toda su existencia hubiese entrado en un transe.

Su rutina sigue siendo la misma desde ese día, no había podido volver a casa, se había olvidado de su trabajo, anclado y amarrado a aquel lugar con la esperanza de verlo regresar.

¿Cómo podría marcharme?

¿Y si él regresa y yo no estoy aquí?

¿Creerá que lo olvidé?

Eso lo haría muy triste. No quiero que él esté triste.

Recorría los mismos caminos una y otra vez, con la esperanza de verlo aparecer delante de él, se sumergía en las frías y oscuras aguas de aquel río buscando, una señal, lo que sea. Pero nunca había nada, absolutamente nada, cada vez, regresaba con las manos vacías, con el corazón un poco más roto y su alma un poco más frágil. Entonces solo podía caer de rodillas destrozado y refugiarse en el regazo de la abuela del otro, intentando contener sus lágrimas y soltando desgarradores sollozos que sacudían su cuerpo y destrozaban el corazón de la anciana mujer que intentaba sostener su tembloroso cuerpo, su propio dolor siendo apenas un reflejo del sufrimiento del otro.

Dos almas rotas intentando sostenerse, lidiando con una pérdida que no podían superar debido a la cruel esperanza a la que se negaban a renunciar.

Los rayos del sol pegan directamente en su rostro, hoy se siente un poco más desganado, más triste, más desolado, el clima se nota cálido a su alrededor, pero él siente el frío calando sus huesos, quitándole sus ganas de enfrentar este nuevo día.

Después de Ti (BillyBabe) (PhayaTharn)Where stories live. Discover now