Scary Love 《Dipper Pines y tú》©

11. Trato.

Días después.
Pov ____________:

Me detuve a unos pasos del domo, apreciando entre los pinos a mi fiel guardián y protector, alce mi brazo derecho al cielo.

—¿Qué haces? —preguntó Gideon confundido.

Los cinco estaban a mi espalda, esperando mis indicaciones.

—Ya se hizo estatua —bromeó Pacifica y los mire de reojo, ligeramente molesta.

—Guarden silencio —pedí para dejar de mirarlos.

Entre los pinos del otro lado del domo, vislumbre un par de alas de murciélago.

—No puedo creerlo —murmuro Bill al identificarlo—, creí que no requerías de la caballería.

Ojociélago cruzó el domo sin problema alguno, al verme voló hasta mí y se posó sobre la palma de mi mano.

Me gire y vi los rostros inexpresivos de Gideon, Pacifica y Robbie. Bill y Will parecían entusiasmados.

—En Reverse Falls se extinguieron —susurró Will con tristeza—. Los Gleeful.

Bill palmeó su espalda a modo de consuelo.

—Hola amigo —centré mi atención en el ojo que se posaba sobre la palma de mi mano—, muéstrame, qué tienes.

Inmediatamente, en la pupila oscura del ojociélago comenzaron a reproducirse las imágenes.

Había una carpa de los Gleeful en medio del bosque.

—¿Qué ves? —pregunto Gideon.

—No lo miren al ojo si es que no quieren convertirse en piedra —advirtió Bill.

—¿Ustedes pueden ver lo que ella ve? —agregó Robbie.

Pero estaba atenta a la imagen, los Gleeful tramaban algo, había cuatro guardias custodiando la carpa azul, descansaban dos por la mañana y dos por la tarde, al día siguiente cambiaban roles.

Dipper Gleeful salió solo un par de veces, inspeccionando el exterior, Stanford Gleeful lo acompañó de vez en cuando. Mabel Gleeful y Stanley Gleeful solo salían a tomar el sol. Se veían "indefensos" pero era solo una fachada, son iguales a los cerebritos.

—No, bueno, podemos mirar el ojo solo por unos minutos, pero ella puede verlo sin convertirse en piedra y aparte puede ver lo que él ha visto —explicó Will—. Su poder es superior al nuestro, si ella no pudiese controlar a cualquier delincuente interdimensional, toda la galaxia sería un caos.

Los guardias tomaban descansos al parecer de quince minutos, no rebasaban un límite. Cuando ellos descansaban, los Gleeful salían a inspeccionar.

—¿Y alrededor del domo? —pedí. Ojociélago mostró otras imágenes.

Como lo había dicho, varios cuidaban la grieta, otros vigilaban el domo, al parecer ahora estaban en su descanso ya que no había nadie.

No había nadie.

—Últimas imágenes. 

—¡Hey!, ya llegamos —escuche la voz de Mabel y el regaño poco disimulado de Dipper.

—¿Ellos qué hacen aquí? —pregunto Pacifica.

—Queremos proteger Gravity Falls de...

—¿Ustedes mismos? —interrumpió Bill a Stanford Pines—, por los demonios, apenas y pueden cuidarse a ustedes mismos.

—¡Te vencimos una vez, dorito! —amenazó Wendy.

—¡¿Cómo me llamaste, niña insolente?!