Eres mi todo y no me importa nada más. No sé quién soy ni qué quiero, solo sé que te necesito. Eres perfecto y yo soy afortunado de tenerte
Tierra x Luna ‼️ Si no te gusta el shipp o los ves como hermanos te recomiendo que no lo leas(actualizaciones...
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Mercurio y Luna caminaban juntos, alejándose un poco del resto para poder hablar. El corazón de Mercurio latía con una intensidad que amenazaba con escapar de su pecho. Cada paso que daba con Luna estaba cargado de una mezcla de emoción y miedo. Pero estaba preparado para cualquier cosa que viniera.
—Bien, Mercurio, ¿hay algo importante que necesitas decirme? Sabes que somos mejores amigos y puedes confiarme cualquier cosa. Creo que desde hace varios días has estado tratando de decirme algo.
—Sí, es cierto. Es algo que he querido decirte desde hace bastante tiempo y la verdad es que es algo nuevo para mí. Es algo que he guardado por mucho tiempo —Mercurio confesó, pausando brevemente— Es algo que siento aquí —señaló hacia su corazón— Quizás pueda sonar repentino, Luna, pero sentía que si no lo decía, iba a estallar en cualquier momento.
—Ah, ¿sí? ¿Qué es? Te veo algo nervioso —preguntó Luna—. ¿Se trata de Venus? ¿O tal vez del Sol?
—No, no tiene nada que ver con ellos —negó Mercurio— Mercurio notó la impaciencia de Luna, que se notaba que estaba ansioso por lo que Mercurio estaba a punto de decirle— La cuestión es que estoy enamorado de tí.
Estoy enamorado de tí
Enamorado de tí
Luna se quedó sorprendido por lo que Mercurio le dijo. ¿Cómo así? ¿Cómo fue que pasó? ¿De seguro era alguna clase de broma? Eran las preguntas que Luna se hacía internamente mientras miraba a Mercurio fijamente sin decir nada; estaba un poco incómodo.
Mercurio notó el comportamiento de Luna y decidió confesarle sus sentimientos de una mejor manera. Conociendo a Luna, seguramente se estaba preguntando el por qué y cómo de la situación en la que se encontraban.
—Ya sé que te estarás preguntando cómo pasó y cómo me di cuenta de lo que siento por ti. Es sencillo de explicar— Luna escuchaba atentamente a Mercurio mientras este último trataba de explicarse— Al principio pensé que todo era una confusión en mí, pero en realidad no lo fue, porque ese sentimiento es totalmente real. ¿Recuerdas cómo nos hicimos más cercanos? Fue esa vez que viniste hacia mí para que te ayudara con Tierra. Nos hicimos más cercanos desde ese momento, y fue desde entonces que por primera vez en mi vida sentí este amor y confianza por alguien. No sabes el aprecio infinito que te tengo, aunque no lo creas. Me ayudaste demasiado.
Luna se quedó ruborizado por la confesión que le había hecho Mercurio, sin palabras, sin saber qué decir. Las palabras de Mercurio fueron tan bonitas y sonaron demasiado sinceras cuando las dijo. Jamás creyó que alguien lo apreciaría tanto como Mercurio lo hacía. Luna trataba de encontrar las palabras para poder responder, pero estaba nervioso. Tomó un suspiro y decidió hablar:
—Mercurio... Yo...—Mercurio decidió interrumpir a Luna, notando su nerviosismo—Luna, sea cual sea tu respuesta, la aceptaré. No importa si me rechazas o no. Sea cual sea, la aceptaré. Si me rechazas, de todas formas, toma mis palabras como algo amistoso. En caso de que me aceptes, te aseguro que me encargaré de que seas el más feliz y estaré contigo para apoyarte en tus sueños. Seré más cercano a ti, más de lo que ya soy...
Luna se sintió atrapado tras la confesión de Mercurio y la dura realidad de sus propios sentimientos. Las palabras de su amigo resonaban en su mente, y aunque apreciaba la amistad que compartían, no podía forzar un amor que no existía. La sinceridad de Mercurio merecía una respuesta igual de honesta.
—Mercurio, todo lo que me dijiste fue muy lindo, y yo también te aprecio, pero no de la misma manera en que tú me ves a mí—confesó Luna, su voz temblando ligeramente—. La verdad es que te considero mi mejor amigo, y espero que lo que acabo de decir no afecte nuestra amistad. Me dolería mucho perderte.
Mercurio asintió, su mirada triste pero comprensiva. Aunque Luna no compartía los mismos sentimientos románticos, Mercurio había dejado claro que su amistad prevalecería.
—Está bien, Luna. Lo entiendo. No te preocupes, seguiremos siendo amigos. Siempre estaré aquí para ti, aunque no sea de forma romántica—confesó Mercurio, intentando sonreír a pesar del dolor.
Luna decidió abrazarlo, y Mercurio aceptó el gesto con gratitud. Sin embargo, una lágrima traicionera escapó de sus ojos. En su interior, el rechazo dolía, pero también sentía gratitud por la sinceridad de Luna.
Mientras permanecían abrazados, ajeno a su conversación, alguien más estaba presente. Había escuchado cada palabra que Mercurio le había confesado a Luna. Sin más, decidió retirarse del lugar mientras las lágrimas caían por su rostro. Mientras que sus dos mejores amigos estaban preocupados por su comportamiento y específicamente uno de ellos estaba con demasiadas dudas y preguntas. Ustedes ya saben de quien se trata.
