͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ ͏ 𝟎𝟐.

Start from the beginning
                                        

───Esta super caro ahí, además no esta tan bueno ───Azul hizo una mueca ───Mi tía puede cocinarles en la casona, juraría que va a hacer mariscos, así que están de suerte.

───¿Segura? ───tal vez su tía ni siquiera quería cocinarnos.

───Si, segurisima, le encanta cocinar ───nos regalo una sonrisa calida y se levantó ───Voy por mis cosas y nos vamos.

───Dale ───todos nos levantamos y recogimos todo lo que habíamos traído no sin antes esperar a la chica.

Caminamos pocos metros para llegar a la casona, no estaba demasiado lejos de la playa y fuimos directo a la cocina.

───¿Tienen hambre? ───Claudia, la tía de Azul estaba ahí, todos asentimos en especial el desesperado de Simón.

───¿Hiciste aguachile? ───Azul frunció el ceño.

───Si, perdón linda.

───¿Qué es eso? ───le pregunte.

───Pues es camarón, con pepino, cebolla, limón y más cosas ───genial, soy alérgico al camarón.

───¡Yo quiero! ───Simón se acerco a Claudia para que le diera de aquello.

───¿Los demás quieren? ───los otros no muy convencidos aceptaron.

───Pipe, ¿tu no quieres? ───Azul me miró mientras comía lo que parecía ser guacamole.

───Soy alérgico ───dije.

───¿Enserió? ───asentí ───Yo también ───sonrió y yo copie su acción ───Es una tortura, porque aquí en Cancún lo que sobra son camarones.

───Si, supongo que sí ───mi sonrisa seguía ahí.

───Bueno, ¿quieres? ───acercó el plato de guacamole.

───Si, gracias ───agarre de las galletitas que la ojimiel tenía y comimos en silencio.

───Azul, en el refrigerador quedó carne del otro día, puedes preparartela si quieres ───comentó su tía.

───Okey ───se levantó de la silla de la barra enfrente de mi y se dirigió a su tía.

Los chicos salieron al comedor de afuera no sin antes preguntarme si quería ir, pero negué, prefería quedarme adentro, con Azul.

───¿Quieres carne?.

───Si, gracias ───me dio lo que parecía ser carne de cerdo y gustoso me la comí.

───No hay de que ───volvió a sentarse enfrente de mi.

───¿Dormís aquí en la casona? ───casi me atragantó con la carne al preguntarle.

───No ───negó ───Vivo a pocas calles, con mi mamá.

───¿Solo con ella? ───ella afirmó y volvió a hablar.

───Si, mi papá está en otra ciudad con mi hermana.

───¿Tenes hermana?.

───Si, tiene diez ───que coincidencia, mi hermanito tenía la misma edad.

───Tengo un hermano de su edad ───contesté.

───¡Que bien!.

───Si, se llama Matteo.

───Mi hermanita se llama Mar ───sus padres si que amaban la playa entonces.

───¿Mar?.

───Marcela ───contestó.

───Re bien ───quería continuar la conversación pero realmente nada venia a mi cabeza, esperaba que ella continuará y así fue.

───Si, aunque casi no nos hablamos mucho ───dijo con melancolía ───Es que no estuvimos juntas durante mucho tiempo.

───¿Y eso? ───quería saber más.

───Pues es que, cuando me fui a estudiar la universidad ella tenia cinco años y duré mucho tiempo sin verla, ahora está estudiando la primaria pero no acá en Cancún.

───¿Por?.

───Pues las escuelas aquí son algo caras y mis papás con esfuerzos lograron pagar mi educación, preferían llevar a Mar a otro lado, pero para mi no hay mucha diferencia de gastos.

───Ay ───dije apenado, yo no podría dejar de ver a Matteo por tanto tiempo ───Re mal.

───Si, pero no me pongo triste, se que luego podremos convivir mucho más, además creo que vendrán con mi papá para acá ───su semblante cambio más positivo.

───Matteo quería venir conmigo ───comente.

───¿Por qué no lo trajiste?.

───Mis viejos no lo dejaron ───y era cierto, les pedí durante semanas que dejaran venir al nene pero nunca accedieron.

───¿Se portó mal o qué? ───frunció el ceño.

───No, para nada, solo dijeron que iba a ser un quilombo traerlo y tenían miedo que le pasara algo ───ella comprendió ───Tengo veinticinco, ¿vos crees que no puedo cuidarlo?

───No lo sé ───levantó los hombro sin saber la respuesta.

───Llegó a ser algo torpe, lo admito ───dije y ella rió, me gustaba su risa ───Pero es mi hermanito, lo iba a cuidar demasiado.

───Si, si, pero a la próxima lo llevas a otro lado.

───Eso espero.

Los dos nos quedamos en silencio y terminamos nuestra comida, le ayude a recoger el desastre que había en la cocina después de que se negara incontables veces, no me molestaba ayudarla, al contrario, me gustaba estar con ella.

𝐀𝐙𝐔𝐋. 𝗳𝗲𝗹𝗶𝗽𝗲 𝗼𝘁𝗮𝗻̃𝗼.Where stories live. Discover now