Lee Felix | Reacciones

One Shot 1: Declaración

Temática: Romance escolar

Siempre, desde que recuerdo que entré en esta preparatoria, supe que no iba a ser la mejor experiencia, sin embargo, traté de sobre llevarlo, y no es porque me hicieran bullying o algo así, sino que es porque nunca me fue fácil hacer amigos. El primer día fue mi presentación a la clase, y el resto, fue historia, nadie me busca ni me habla a menos que sea necesario, y yo hago lo mismo.

Estaba leyendo bajo un árbol de cerezo que había en el patio de la preparatoria, normalmente me la paso ahí durante el receso, ¿por qué?, No es por la tranquilidad, ni porque me apasiona la lectura, en realidad, es por "Él", el chico más lindo, dulce amable y perfecto que jamás halla conocido. Lee Felix fue el primero de mis compañeros de clase que me habló, fue para pedirme y lápiz, pero cuando vi su sonrisa... mi corazón se volvió loco.

Fue como un crush a primera vista, aunque eso fue hace un año. Desde mi lugar podía verlo perfectamente en el sitio en que siempre se encontraba hablando con sus amigos, todos guapos como él, en realidad, eran muy populares entre las chicas, por supuesto que yo no tendría oportunidad con ese pequeño ramito de sol.

-Hola...

Cuando escuché aquella voz, mi corazón se aceleró a mil por hora, ¿Qué sucede? ¿Se dió cuenta que lo estaba viendo y se incomodó?. Escondí mi cara en el libro fingiendo estar muy concentrada en la lectura, cuando de repente me quitó mi libro y luego de voltearlo (estaba al revés), me lo volvió a entregar.

-Lees muy raro. -Dijo con una sonrisa, casi sentí que se burlaba de mi, sentía mis mejillas arder, esto era demasiado para que mi cerebro lo procesara.

-Y-Yo... bueno, no... yo solo, amm... -No sabía qué decir, ¿Cómo excusarme? Esto era vergonzoso.

-TN, ¿Verdad? -Preguntó con esa sonrisa aún en su rostro, ¿Acaso no le dolían las mejillas?

Sólo asentí a su pregunta bajando la cabeza, no quería que me viera roja cual tomate, sería peor aún, o lo soportaría.

-No te pongas nerviosa... la verdad, quería decirte que... -Se paró a pensar antes de continuar, estaba dudando, lo sabía-. Sé que no hemos hablado mucho... creo que ni siquiera hemos hablado pero...

Por favor, quería saber lo que quería decir, me estaba carcomiendo la intriga, los nervios y la ansiedad. No era la única, él, aunque yo no lo estaba viendo, sonaba nervioso.

-¿P-Podrías dejar los rodeos, Felix? -Saqué fuerzas de no se donde para poder decir aquello. El se puso a mi altura y yo lo miré a los ojos, esos hermosos ojos avellanados, eran como estrellas en pleno día.

-Me... tú... me gustas... me gustas mucho. -Su mejillas color carmesí solo me hicieron saber que eso era verdad, o al menos era lo que yo y mi corazón queríamos pensar, que aquel chico de cálida sonrisa realmente me quería.

Mi respiración se agitó un poco, mis mejillas estaban tal vez incluso más rojas que las suyas, mi corazón estaba que se salía de mi boca y él... se veía tan perfecto como siempre.

-¿No es una clase de apuesta o algo así?

Fue lo único que mi cerebro pudo formular en busca de una explicación, no sabía nada, no podía leer su mente, ni sentir lo que él sentía, dudaba que fuera real que yo le gusta. Tomó mi mano con delicadeza, lo que me robó un suspiro y luego la llevó hasta su pecho, justo en aquel lugar donde se podían sentir los latidos de su corazón. Acelerados, así podía describirlo, su corazón parecía latir incluso más rápido que el mío, ¿yo realmente le gustaba?

-Me gustas desde hace un tiempo, pero no sabía cómo decirlo, especialmente porque nunca hemos hablado. -Él realmente no recuerda esa vez que me pidió un lápiz, mientras que para mi era el más especial recuerdo.

-Tú también me gustas...

Fue lo único que dije, antes de que el me diera un fuerte abrazo que yo sin pensarlo dos veces corresnpodí. Lee Felix, era demasiado tímido cuando de confesarse se trataba.

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