Epílogo

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Lion

Los aplausos retumbaron por el lugar al ver salir a Coin, quién observaba todo desde las alturas con una sonrisa.

—Buenas noches— dijo acercándose al micrófonoAyer autoricé una misión de rescate clandestina dentro del Capitolio, y tengo el placer de anunciar que los vencedores ya fueron liberadoslos presentes aplaudieron ante la noticiaQue este día marque un cambio histórico, con El Sinsajo y Los vencedores nosotros enviamos un claro mensaje al Capitolio, que nunca más toleraremos la injusticia las ovaciones no se hicieron esperarHoy, un día donde unimos familias, amigos, y seres queridos

Observé a todos aparentemente emocionados ante la nueva situación, y solo pude suspirar y comenzar a abrirme paso entre las personas, quienes no me prestaban mucha atención.

— Es hora de que todo Panem se una. . .

Comencé a avanzar entre los pasillos, aún pudiendo oír los aplausos y las palabras de Coin siendo transmitidos por los altavoces.

—. . .No para pelear o entretener así al Capitolio si no para unir nuestras manos en esta batalla.

Giré en uno de los desolados pasillos, deteniéndome frente a una puerta de vidrio de la enfermería, a través de la cual pude ver hacia el interior de la habitación, la cual se encontraba tenuemente iluminada.

—. . .Que hoy sea el día en el que prometamos nunca darnos por vencidos, nunca doblegarnos, hasta que tengamos un nuevo Panem donde los lideres se eligen y no se imponen. . .

Coloqué mi mano en el cristal y observé en silencio hacia la cama.

Allí donde se encontraba ella, quién aún habiendo sido sedada y encontrarse en un estado de inconciencia desde hacia unas horas, conservaba el ceño fruncido al tiempo que podía notar como su boca se movía levemente dejando notar que se encontraba teniendo otra pesadilla.

Me habían prohibido el paso debido a que pensaban que lo único que ella necesitaba era descansar, sin embargo, yo sabía que no lo era.

—. . .Y lo Distritos tengan libertad de compartir los frutos de su labor y no pelear unos con otros por sobras. . .

Me alejé de la habitación y retomé mi caminata hacia el lado contrario, el más alejado de la habitación en la que ella se encontraba.

Pasé frente a la puerta donde se encontraba el chico del 12, viendo frente a esta a Everdeen, quién tenía un cuello ortopédico que mantenía su cabeza inmóvil, y llevaba puesto un camisón blanco de hospital.

Al notar que ella no había reparado en mi presencia solo me dediqué a pasar por detrás sin hacer algún ruido que la alertara de mi presencia y continuar con mi camino.

—El nuevo Panem está en el horizonte, pero nosotros debemos ir a él 

Tras algunos segundo me detuve frente a mi destino.

El camino atraviesa las escarpadas montañas y los profundos barrancos del Distrito Dos, ahí, en el corazón de la cordillera de Panem tiene el Capitolio su principal complejo militar. . .

Abrí la puerta sin pensarlo mucho e ingresé, colocando luego mis manos dentro de los bolsillos de mi desgastado pantalón, y avanzando con tranquilidad hacia la otra puerta, la que estaba a un lado del gran ventanal que irradiaba una fuerte luz blanca.

—Podemos conquistar esa fortaleza, porque nosotros somos un pueblo, y una voz. . .

Abrí lentamente esta, posando al instante mi mirada en el tipo que se encontraba en la esquina más alejada del lugar, rodeando ambas piernas con sus delgados brazos y el rostro esquelético escondido entre estas.

Los Juegos del Hambre: Siguiendo al SinsajoWhere stories live. Discover now