Si escuchara lo estoy escribiendo ahora, ¿le gustaría?
O tal vez se asustaría si supiera que, aunque lleva dos días aquí, ya escribí una canción completa sobre ella.
Cuando entro a mi habitación, la cual está completamente decorada de un azul oscuro, noto algo diferente en ella. Lo primero es que aun huele al perfume de Wynn aquí, es un olor dulce y discreto, no es un aroma exagerado y probablemente nadie más se daría cuenta, pero Wynn siempre huele increíble y no puedo evitar aspirar su olor y cerrar los ojos como un idiota.
Dios, ojalá oliera esto directamente de ella.
Cuando abro lo ojos, la otra diferencia que noto, es un jarrón con un ramo de hermosas flores blancas. Sobresalen mucho en la oscuridad de la habitación, ya que las ventanas están cerradas. No sé qué tipo de flores son, probablemente tulipanes. Me acerco a ellas y las toco. Son bonitas, delicadas y no tienen un aroma fuerte ni molesto, es elegante y dulce. Me doy cuenta que no es el perfume de Wynn lo que queda en la habitación, son las flores y entonces caigo en cuenta de que los confundí, porque ella huele como estas flores.
Me pregunto si tiene algún significado para ella y, si es así, ¿por qué me las dejó en mi habitación?
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Me despierto cuando siento una luz en mi rostro. Y gimo cuando intento abrir los ojos.
—Arriba, bello durmiente —dice Darla, mientras sigue abriendo las cortinas de mis ventanales.
Me reincorporo en la cama y miro a Darla a través de mis ojos entrecerrados.
—Te juro que nunca había conocido a alguien tan molesta como tú. —Ella se ríe y se para frente a mí.
—Te juro que dices eso todas las mañanas.
—No imagino por qué —murmuro, pasando mis manos por mis doloridos ojos.
—Vístete, te estamos esperando abajo para el desayuno. —Cuando se gira, nota las flores en la mesa cerca del ventanal—. Veo que Wynn ha pasado por aquí antes.
—Sí, me la encontré bajando esta mañana cuando yo subía. —No puedo evitar la sonrisa que se me escapa al pensar en ella y al mirar las flores. Creo que nunca me habían dado tulipanes. Mis fans me regalan muchas cosas, pero flores no es una de ellas normalmente.
—Alex —Su voz me hace girar hacia ella inmediatamente—, ten cuidado. Wynn no es como esas chicas con las que sales y tampoco quiero perder a una buena y dulce empleada.
Por un momento, me sorprenden sus palabras. Casi siempre está molesta con las mujeres que me encuentro porque, según ella, todas son unas aprovechadas que solo quieren salir con un sexy músico, sus palabras no las mías, pero ahora está defendiendo a Wynn, una chica que conoce hace dos días.
—Sé lo diferente que es. No tienes que advertirme nada. Nunca le haría daño a Wynn. Ni a nadie, claro, no voluntariamente.
—No te pongas a la defensiva, cariño. Sabes que lo que digo es por tu bien. Probablemente seas tú el que salga lastimado.
