A tu servicio ©

Capitulo 2

—Vamos a dejarlo por hoy, chicos. —Guardo la guitarra en su estuche, mientras mi banda comienza a guardar sus cosas.

—¿Tendremos práctica mañana? —pregunta James, mi baterista.

Estamos trabajando en un nuevo álbum, mi segundo álbum, y puedo ver lo emocionado que están cada vez que grabamos una nueva canción. Están seguros que será todo un éxito, lo cual espero, porque le he puesto todo mi esfuerzo en esta letra y música.

—Les dejo saber por el grupo si estaré disponible, creo que Jessica tiene planes para mí. —Ellos se ríen, mientras hago una mueca.

Jessica es mi agente, y aunque le he dicho un millón de veces que no quiero entrevistas ni nada, ella dice que es necesaria la publicidad, lo cual entiendo, pero odio. Creo que, después de tres años, es muy poco tiempo para decir que realmente odio la fama que viene con el hecho de amar la música. Aunque realmente todo lo que he deseado desde que era un niño, es cantar para un enorme público que corea mis canciones y ahora, a mis 26 años, eso se ha cumplido, lo cual es gracias a la fama, así que hago lo que tengo que hacer y después me mantengo perfil bajo para no llamar la atención de mala manera. Sin embargo, Jessica es de las que creen que no hay publicidad mala, con lo cual no estoy de acuerdo. Me importan mis fans y realmente no quiero decepcionarlos. También sé que no puedo complacer a todo el mundo, y que muchas veces las polémicas ni siquiera empiezan por algo que haga o diga y que un rumor es suficiente para encenderlas.

Las redes son una jungla de rumores y personas mal intencionadas en estos tiempos. Pero también es publicidad, lamentablemente. No sé cuántas veces me he casado y divorciado según los rumores, pero me entero al mismo tiempo que ellos.

Mis chicos se retiran y hablo un momento con mi productor, y uno de mis mejores amigos, Carlson, antes de irme a casa.

—Esto es realmente bueno, Alex, muy bueno. —Me da una palmada en la espalda y me agarra los hombros intentando disimular su entusiasmo.

—Gracias, Carl, estoy haciendo todo lo posible para que lo sea.

—¿Cuántas canciones tienes? —pregunta casualmente, pero ya puedo ver a dónde se dirige con esta pregunta.

—Tengo ocho canciones, hemos grabado seis. Quiero tener por lo menos diez, antes de...

—Que sean quince.

—Pero...

—Quince, Alex, si me necesitas, podemos trabajar en eso juntos. En las que ya hemos grabado, no ha sido difícil y sé que puedes hacer más. —Me da otra palmada en la espalda y comienza a salir—. Cuando te sientas inspirado o tengas algo, llámame, no importa la hora y trabajaremos en ello inmediatamente.

Y con eso se va, dejándome pensando cómo diablos se supone que escriba siete canciones más en tan poco tiempo.