Capítulo 3

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Cuando despierto al día siguiente, me doy cuenta que me quedé dormido en el escritorio de mi estudio, aun con mi guitarra sobre mí

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Cuando despierto al día siguiente, me doy cuenta que me quedé dormido en el escritorio de mi estudio, aun con mi guitarra sobre mí. No creo que haya dormido mucho, pero no me di cuenta en el momento en que caí rendido. Me desperezo y empiezo a guardar mi guitarra para irme a dormir como Dios manda a mi habitación ya que son solo las 5:35 am. Me levanto, con mi libreta de canciones en la mano y se me hincha el pecho de orgullo, porque creo que logré algo bueno anoche.

Amo lo que escribí y la melodía con la que resuena. No diré que fue fácil, pero llegó a mí como una revelación. Nunca había sentido algo así. Nunca había tenido esta fluidez para escribir, a pesar de considerarme un buen compositor.

Estoy tan entusiasmado que no saldré de casa hasta que tenga esta canción lista y pueda continuar con las demás. Puede que esta vez ni siquiera necesite un coescritor. Pero ya veré más adelante si algunas necesitan ajustes.

Comienzo a subir a mi habitación, cuando me encuentro con la razón detrás de mi nueva inspiración en las escaleras. Me detengo en seco cuando ella me sonríe con esa inocencia y pureza de ángel que me mata.

—Buenos días, señor Alex. —Ella se ajusta el delantal blanco sobre su uniforme negro, mientras la miro como idiota.

—Buenos días, Wynn. Solo dime Alex. —Carraspeo, ya que mi voz está ronca porque acabo de despertar—. Madrugaste.

—Sí, estaba arreglando las habitaciones de arriba. Y veo que usted no durmió. —Ella levanta una ceja hacia mí e, increíblemente, me siento un poco regañado.

—Estuve escribiendo toda la noche —digo, levantando la libreta que aún llevo en la mano y sintiendo la necesidad de explicarme. Ella asiente, aun sonriendo.

—Me alegra que pueda hacerlo. —Baja un escalón, acercándose más a mí y yo, inconscientemente, subo uno. Estamos tan cerca que puedo ver mejor sus preciosos ojos avellanas incluso detrás de esos gruesos lentes. Ella me atrae como un imán—. Soy muy fan de sus canciones. Sus letras me dan mucha paz y me transmiten tanta emoción. Su voz es hermosa, también. Siempre intento tocar las canciones a piano cuando estoy en casa y es como si me transportara a otro mundo. Disfruto mucho la música en general, pero me conmueve mucho escuchar las suyas.

Mi corazón se acaba de saltar un latido. Creo que tendré que ir al cardiólogo, porque terminaré con arritmia.

Dios mío, creo que estoy enamorado.

Sabía que era pianista en el momento en que tomé su mano la primera vez. O sea, no lo sabía, pero sí parecía una.

—Gracias. No sabes lo feliz que me hace escuchar eso. Es justo lo que deseo que la gente sienta cuando escucha mis canciones. —Nos quedamos un momento en silencio, solo mirándonos. Podría pasar una vida así y no me cansaría—. Tengo un piano en mi estudio. Eres libre de tocarlo cuando quieras.

—Gracias. Eso es muy amable. Y sí debería estar orgulloso. —Si sigue sonriéndome así, me derretiré—. Le dejo continuar su camino. Debe estar cansado, duerma un poco. Le despertaré cuando el desayuno esté listo a las 9:00. —Y con eso sigue su camino, dejándome reflexionando.

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⏰ Last updated: Apr 06 ⏰

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