Cuatro

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Sergio

Esta Navidad Manhattan, Nueva York

Foro Boss-Snark 1.0

Asunto: Max Verstappen 

ValtteriMkting: Quien haya sacado mi nombre en el juego de Santa Secreto este año, ¿podrías regalarme un email para mi esposa? Haz que diga, Asunto: Mis condolencias (Valtteri era un buen hombre) ¿Tal vez si cree que morí, finalmente me dé el divorcio?

Russ63: LMAOOO yo lo haré. Hablando de divorcios, los rumores dicen que el Señor Verstappen  amenazó con despedir a su hermano. ¿Qué clase de bastardo despediría a su carne y sangre?

ChecoPérez : La misma clase de bastardo que está actualmente haciéndome ir a comprar una nueva bandeja plateada para la Ceremonia de Rosas como si fuese un especie de interno. (¿Quién diablos ha notado que usa una “bandeja cien por cierto única” cada año? ¿Por qué este detalle siquiera importa?)

Yuki22: Mientras estás en la tienda, revisa y fíjate si venden almas… Compra dos.

ChecoPérez : Ya revisé. No hubo suerte. Y ugh. Me olvidé sobre el Santa Secreto. Buscaré a mi persona “afortunada” cuando regrese.

Lando4: @Russ78 Él me hizo lavar su Maserati ayer porque lo interrumpí en el tráfico. Este hombre ya no es lo primero.

valtteriMkting:Está bien, aquí hay una mejor sugerencia. Quien sea que saque el nombre del Señor Verstappen en el juego del Santa Secreto este año, ¿podrías por favor regalarle diez horas de terapia psicológica? Luego, ¿podemos todos anotarnos para eso?

 Quien sea que saque el nombre del Señor Verstappen en el juego del Santa Secreto este año, ¿podrías por favor regalarle diez horas de terapia psicológica? Luego, ¿podemos todos anotarnos para eso?

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Vientos nevosos azotan mi rostro mientras salgo de la tienda personalizada. No estoy seguro de por qué decidí caminar dos bloques en lugar de conseguir un taxi, pero ahora me estoy arrepintiendo de esa decisión.

Aunque, tal vez necesito aire fresco.

Ahora que Verstappen Media está a una semana y media de la ceremonia de preparación, la oficina está de lleno en modo pánico festivo, y aunque se desenvuelve de la misma manera cada año, la presión aún es intensa.

Ejecutivos de Disney, Netflix, y de cada compañía de cable en el país vuelan en sus jets privados para estar en el lado bueno del Señor Verstappen  porque saben que trabajamos en sus plataformas durante la fiesta de la oficina. Intentan sorprenderlo con viajes exclusivos a juegos privados de golf, millones de dólares bajo la mesa, y un par de ellos incluso ofrecen sus aviones privados. Piloto incluido.

Lo que ellos no saben es que yo soy a quien necesitan impresionar, y ya he decidido mi consejo al Señor Verstappen . En adición al “ten un jodido corazón”, Están llenos de mierda. No hagas ningún trato especial con ellos.

Para el momento que llego a las oficinas, mis tobillos están congelados, y mis rizos están goteando húmedos por una repentina llovizna.

Mientras limpio mis tenis en la alfombra de la entrada, veo a Max hablando con algún representante de Disney al final del pasillo. Está usando un abrigo hecho a la medida sobre su traje de tres piezas, y cada mujer y hombre que pasa junto a él echa un segundo vistazo.

Estoy tentado a gritar. Es un mujeriego, no pierdan su tiempo, pero guardaré eso para otro día.

Le entrego la bandeja plateada a la recepcionista principal y decido tener mi parte lista del juego del Santa Secreto.

—Buenas tardes, Señor Pérez . —El guardia de seguridad pregunta por mi identificación—. ¿Vino por su persona afortunada?

—No hay nada afortunado sobre esto. —Frunzo el ceño—. ¿Puedo pagarte unos cuantos cientos de dólares para no participar en esto? Fácilmente podrías hacer el ajuste en el libro en privado y él nunca lo sabría.

—¿Cree que estoy dispuesto a perder mi trabajo por unos cuantos cientos de dólares? —Señala el árbol—. Recoja una caja y tráigala.

Comienzo a caminar, pero entonces me detengo y miro sobre mi hombro. — ¿Qué sobre perderlo por unos cuantos miles de dólares? Puedo ayudarte a encontrar uno nuevo.

—No me haga llenar una queja con Recursos Humanos, Señor Pérez.

Suspirando, camino hasta el árbol y miro los regalos brillantemente envueltos. Me decido por uno dorado con un lazo negro que luce exacto como el que escogí el año pasado y se lo entrego al guardia.

Como es tradición, él escanea el fondo de él, y luego me indica que lo abra frente a él.

Me tomo mi tiempo delicadamente rompiendo el papel, con esperanza de que se irritará y me dejará fuera de esto, pero tiene la paciencia de un santo.

Cuando finalmente quito el papel, levanto la tapa y saco el adorno verde que contiene el nombre del recibidor.

Max Verstappen .

Tomo un respiro y lo dejo caer al suelo, rompiéndose en pedazos.

—Sergio Pérez escoge a Max Verstappen  —dice, escribiéndolo en su libro super secreto—. Está bien, puede irse ahora.

—Ese no es quien escogí. —Me coloco encima del vidrio—. Escogí a Yuki Tsunoda.

—No, yo escogí a Yuki Tsunona. —Señala la puerta—. Adiós, Señor Pérez .Felices fiestas.

Salgo de la habitación y noto a Max liderando a un grupo de miembros de la prensa a una habitación formal. Incluso desde la distancia, no puedo negar que es sexy como el infierno. Jefe bastardo o no.

Sus ojos azules repentinamente encuentran los míos, y me mira de arriba abajo de una manera que hace que mi respiración se dificulte. Dice algo a uno de los asociados y me hace una seña para que lo espere.

Mientras camina hacia mí, intento no enfocarme en el hecho de que es incapaz de lucir menos que perfecto. Que, si no fuese mi jefe, habría hallado el coraje para invitarlo a salir hace años.

—¿Te tomó todo este tiempo recoger una bandeja plateada, Señor Pérez ? —pregunta—. Incluso si caminaste…

—Sí caminé. —Lo interrumpo—. Pero ahora que lo pienso, no aprecio ser mandado a hacer el trabajo de un interno. Debería estar hablando con los ejecutivos contigo.

—¿Por qué? —Alza su ceja—. Tu mente ya está confusa, y odias lidiar con este tipo de personas.

—Ese no es el punto.

—Tú también, recordando lo que me has dicho, tiendes a ponerte nervioso y estresado cuando es noche de cita así que pensé que apreciarías hacer algo simple. Ya que estaba equivocado, puedes irte.

—¿Qué estás diciendo?

—Que eres libre para irte y volverte loco con tu novio. Asegúrate de que tenga suficiente dinero en su tarjeta de crédito para pagar por una comida completa esta vez.

—Eso sólo pasó una vez, y él honestamente malentendió las reglas de la Hora Feliz.

—No importa —señala, mirándome de arriba a abajo—. Está saliendo contigo, así que eso nunca debió haber pasado en absoluto… 

 Está saliendo contigo, así que eso nunca debió haber pasado en absoluto… 

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The Office PartyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora