Tres

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Max

Esta Navidad Manhattan, Nueva York

—¡Señor Verstappen! ¡Señor Verstappen! ¿Qué tan serios son los rumores sobre su compañía adquiriendo Netflix? ¿Significa que está vendiendo sus acciones en YouTube?

Ignoro las preguntas de la prensa mientras salgo del edificio del Empire State. Sólo les he dado tres horas de mi tiempo y les permití hacer cualquier pregunta que quisieran, pero por supuesto, nunca es suficiente.

Camino en zigzag a través de la multitud y me deslizo en el auto de mi hermano menor Mick.

Al momento que cierro la puerta, el conductor acelera hacia las oficinas de Verstappen Media.

—Sabes, esta podría ser la primera vez que luciste como un CEO que le importa un comino una conferencia de prensa. —Mick sonríe—. Casi creí que tenías un corazón cuando estuviste allí. Buen trabajo.

—Jódete, Mick.

Él ríe y saca una caja verde brillante de su portafolio. —Aquí. Papá quería que te diera esto.

La tomo, colocándola entre nosotros.

—¿No vas a abrirla?

—No sin llamar a un escuadrón antibombas primero.

—Te compró un bolígrafo. —Pone los ojos en blanco—. Es un bolígrafo grabado que dice “Extraño nuestras antiguas navidades y lo siento”, en caso de que quieras saber. También te escribió una pequeña carta. Estoy seguro de que es un poco diferente de la que me dio a mí, pero…

Ignoro su voz y miro la ventana. El tráfico que va y viene es mucho más interesante que lo que sea que mi padre tiene que decir después de años de tratarme como nada.

Un cambio hubo en él en el momento que perdió a mi madre, y se transformó en un bastardo de corazón frio que crió a sus niños como soldados en vez de hijos. Tanto como estaba preocupado, nuestra relación no valía años de compromiso y trabajo para arreglarla.

Él no lamenta nada. Necesita dinero.

Dejo salir un suspiro y saco mi celular. Me deslizo hacia abajo hasta el nombre de Sergio para enviar un rápido texto.

Yo: Mi padre está intentando jugar la carta de simpatía de nuevo. ¿Cuánto dinero le envié la última vez? Lo olvidé.

Su respuesta es instantánea, como siempre.

Sr. Pérez  (El No Es Tuyo): Cincuenta mil. Te aconsejé enviarle setenta y cinco. ¿Te gustaría que le enviara el resto ahora? (¿Qué tan seguro estás del traje azul?)

Yo: Sí. Gracias. (500%)

Toco mis dedos contra la pantalla, queriendo pedir una foto de el usando ese traje, pero sé que eso es cruzar la línea.

Los dos bailamos alrededor del otro cada día de alguna manera nunca girando en el otro. La tensión entre nosotros es palpable y siempre presente, pero pretendemos que no existe.

Sr. Pérez  (El No Es Tuyo): No es que aprecie tu opinión, porque no lo hago, pero ya que nunca lo has visto, ¿crees que esto funcionará para Daniel? [imagen.]

The Office PartyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora