Toda historia tiene su inicio

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Hace quinientos años, una antigua leyenda se susurraba desde los confines celestiales. De acuerdo con esta leyenda, el amor entre un ángel y un demonio podría poner fin a la interminable guerra entre ambos bandos. Este relato nos lleva a reflexionar sobre quién realmente representa el bien y quién el mal. A primera vista, la respuesta parece sencilla: el bien sería aquel que ha mentido menos.

De esta manera arribamos a la habitación de un joven meticuloso y reservado, inmerso en sus propios sueños entre murmullos y gestos enérgicos.

Dentro de ese enigmático sueño, las circunstancias eran sumamente peculiares y casi incomprensibles, pues sólo se vislumbraba un mar negro que lo inundaba todo, sin la presencia de árboles u objetos que rompieran con la monotonía de aquel paisaje líquido que parecía provenir de lo alto de un lugar no existente.

- Que anhelado sueño, es como si estuviese navegando en un lago completamente negro, lleno de un líquido exageradamente perturbador, tanto como el petróleo. Mientras me sumergía en la oscuridad, sentía una extraña atracción hacia ese líquido, como si estuviera siendo llamado por algo más allá de mi comprensión. El miedo se mezclaba con la curiosidad, creando una intensidad emocional que parecía envolver todo mi ser.

- ¡Hola, Óscar! - una voz conocida me saca de mi mente agitada. Al girar, me encuentro con un hombre de gran tamaño que me mira fijamente. Sin embargo, a pesar de su apariencia amigable, una mala vibra cubre todo mi cuerpo y siento un temor profundo ante su presencia. Es como si su sola existencia encarnara el mal.

Así fue como ocurrió el desencadenante de mi despertar tan peculiar y prácticamente inexplicable. Mi mente rápidamente se vio invadida por la imagen de aquella entidad, con su piel tan pálida como la de un vampiro y unos ojos morados que transmitían un vacío tan perturbador que dejaron un regusto amargo en mi boca. Al observar la ventana de mi habitación, todo lucía casi impecable: algunos libros dispersos en las estanterías y un pequeño aire acondicionado que movía suavemente las persianas, permitiendo que un rayo de sol se filtrara y se reflejara en mi cabello.

- Solo fue una mera pesadilla - susurró Óscar, contemplando los hermosos destellos de luz proyectados por las persianas al ser movidas por el aire acondicionado.

Cuando las perspectiva cambia drásticamente a la hermana de nuestro protagonista. Está abrió las cortinas y observo a un hombre de gran tamaño con un traje elegante fuera de su casa, este se encontraba con un cigarro entre los dedos. De inmediato dicho hombre observa la ventana de la chica con una pequeña sonrisa, los ojos de Betty temblaron y cerrando la ventana con miedo.

- Esos ojos vacíos y esa piel tan blanca... Vamos, solamente necesito dormir mejor - se mencionó Betty mientras frotaba sus ojos y buscaba al hombre detrás de la persiana. Para su alivio, ya no se encontraba allí.

Al abrir por completo las persianas nuevamente dió un vistazo y para su sorpresa ya no estaba presente, está suspiro y con una risa de preocupación dice: "parece que la falta de sueño me esta haciendo mucho daño"

Betty bostezo y después de ello decidió emprender su día, para su sorpresa el hombre saldría de un poste más pequeño que su cuerpo, pareciendo más algo mágico que lógico.

- Esa no era la flor roja que esperaba ver - murmuró el hombre al apagar su cigarro con su propio esmoquin -
pero dos flores en vez de una, tal vez me recompensen aún más - sonrió la persona con sus ojos morados.

Tanto Betty como Óscar se alzaron de sus camas y comenzaron el día con una expresión de alegría en sus rostros.

- ¿Estás lista? - inquirió Óscar.

- Sí, estoy preparada - respondió la enérgica joven.

Así, avanzaron hacia la clase donde se encontraba una amiga cercana. Esta los recibió con una sonrisa y decidieron unirse a la lección del día.

TEARRLAD "La vida de un demonio"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora