—¿Sigues ahí cariño?— Hakkai salió, con las manos mojadas y olorosas a jabón.—Lamento que me hayas visto, perdón. Debí ponerle seguro a la puerta.

—¡S-sí! ¡¿Cómo se te ocurre dejarla así?!—reclamó, aún con el celular en la mano, ahora reflejando en los ojos de Hakkai.— Te vi todo, Dios.

—¿Me viste? —entrecerró los ojos debido a la luz directa, desviando la muñeca de Souya a un costado—Mañoso.

—¡P-pues sí!—respondió avergonzado, negando la mirada, agitando la cabeza.—Lo siento, yo tampoco debí iluminar o ver, no toqué la puerta, es mi culpa.

—No es tu culpa, solo querías pasar al baño, y por cierto ya puedes pasar— pese a la vergüenza, le parecía cómica la situación.

Hakkai estaba mal por pensar que le gustó ser visto por su compañero de cuarto. Un verdadero exhibicionista, un loco, un adulto enamorándose, un tonto buscando interactuar como sea. Vamos, no tuvo ni un gramo de pudor.

—Ya hasta se me fueron las ganas...—respondió cabizbajo, sin querer, volviendo a fijarse en la entrepierna de Hakkai.

¡Maldición! Su alma estaba pervertida, corrompida. Rápidamente volteó la cabeza, apartándolo de su camino para entrar al baño.

—Se fue la luz— dijo desde el interior. Supuso que no fue escuchado, que el otro simplemente se regresó a su habitación, pero estaba haciendo guardia fuera del baño.— Hace calor.

—Lo sé, esperemos que regrese pronto.— se cruzó de brazos, no veía nada— Es raro que se vaya...

—Sí...

—Por cierto, ¿Qué hacías despierto a estas horas, eh?

—No te tengo por qué decir— contestaba Souya, intentando no hacer mucho ruido. Seguía nervioso—¿Tú estabas despierto?

—Desperté cuando se fue la luz. A Yuzuha le dio calor y me echó la culpa de que apagué el ventilador—apoyó la cabeza contra la pared, sonriendo gratamente. Amaba el momento de esa conversación nocturna.

Souya en el baño, él afuera, un apagón. Diversas situaciones podían darse paso entre ellos. Situaciones que claro, eran poco probable vivir, por la pena infinita del mayor.

—Menos mal que en tu habitación hay ventana, no morirás de calor— recordaba. — Tal vez me vaya a tu habitación a dormir...

—No— Souya lo asustó, saliendo del baño luego de la propuesta.— Tú tienes tu habitación.

—La otra vez dormimos juntos, ¿Qué tiene de malo repetirlo?— agradecía que no hubiera luz, o de lo contrario lo verían sonreír pícaro.

—La otra vez estabas en el sofá, ahora tienes tu cama.

—Tu cama es más cómoda.

—Ya me voy, tengo que dormir. Duérmete tú también— pasó de largo, alumbrando.

—No creo dormir más, de todas formas no falta mucho para que amanezca— despegó la espalda de la pared, caminando a su habitación, guiándose con la pared.—Te veo en unas horas, bebé.

Souya guió la linterna hacia Hakkai, deteniéndolo justo frente a su puerta.

—¿Qué pasa?

—Lo siento, no quería verte así...

—Vamos, no pasa nada.—Con la mano hizo un gesto relajado—¿Te gustó?

—¿Qué?

—Nada, buenas noches— sin duda, dejó salir sus pensamientos intrusivos.

Viviendo juntos|| Hakkai × AngryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora