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Angry cerró la puerta del taxi con gran coraje. Pensaba firmemente  que era un abuso del chófer haberle cobrado tanto por un trayecto de apenas diez minutos, pero para su mala suerte del día, no podría quedarse a reclamar.

Debía darse prisa para la clase a la que ya iba tarde. Una vez que estuvo dentro de la universidad, un policía que verificaba que todos los estudiantes se presentaran con la credencial estudiantil, le impidió seguir campante. Claramente el joven no tenía la dichosa credencial en la mochila.

Vaya inicio del día. Con suerte tomó tragos de agua antes de salir de casa, de lo contrario estaría muy sediento por todo el ajetreo. Era prudente mantenerse quieto, no explotar.

Pero la primera chispa apareció cuando después de minutos, no halló ni siquiera sus llaves.

—Puede anotarse en la libreta con su matrícula.

¿Por qué carajo no lo mencionó antes?

Escribió rápido, huyendo por el pasillo, solo para darse cuenta muy tarde que no sabía a dónde ir. No recordaba mucho de la universidad, pues apenas había asistido unas cinco veces durante los semestres que llevaba cursando, ya que todo era virtual.
Fue en busca de su celular, a mandarle mensaje a su única compañera con la que mejor se relacionaba. Rezaba porque leyera rápido, y justo así fue.

—B1, B1— repitió. —¿Dónde rayos queda el B1?

Una bella guía apareció delante de su vista. La universidad, al ser tan grande, tenía los croquis para localizarse. Además, una guardia de seguridad estaba cerca, Souya entonces decidió preguntar, pensando que sería mejor.

—Buenos días, disculpe, ¿Sabe dónde está el salón B1?

—Arriba, en el tercer piso, del lado izquierdo.

—Gracias— bajó la cabeza ligeramente, corriendo a las escaleras.

Subía cada vez más cansado, deseando ver otro croquis para poder orientarse mejor. Miró las aulas, hasta que notó el aula 6B, intuyendo que debía retroceder en esa dirección después de notar que iba en orden numérico.
Pero, vaya sorpresa se llevó, de nuevo.

Después del salón 2B, estaba el aula A10, y continuaba su curso al revés.

—¡¿Y el B1?!— sus labios empezaron a temblar.

No cabía duda, el cielo se comió al salón entero con todo y los alumnos.

Sintió su celular vibrar, con sus manos torpes se apuró en ver de qué se trataba; necesitaba la ayuda de su compañera, saber qué tanto había trascurrido en la clase hasta ese instante. Se tentó horriblemente a marcarle a su compañera, pero eso solo la metería en problemas.

Incluso con la presión propia por encontrar rápido el salón, fue a responderle a su primer segundo chat fijado, a Hakkai. Vivía con él, contarle su vida o mandarle alguna foto de lo que estuviera haciendo era su única forma de parecer un ser muy sociable. Además, él era una de sus prioridades, ya que a otras personas solía dejarlas en visto; con él platicaba mucho, dentro y fuera de casa.

—Me perdí...¿Dónde está el salón?—suspiró de estrés, volviendo a su realidad. Le nacían ganas de dar por perdida toda la clase, aun sí estaba a tiempo para llegar. —Dónde, dónde ...— le prestó más tiempo a Hakkai, impacientandose pues, creía que justo ese día, todos iban muy lentos.

Un alumno salió de su aula en dirección al baño, Souya no lo dejó huir tan fácil. Era su nueva oportunidad para lograr su objetivo, las esperanzas volvían a nacer.

—Oye, oye— lo persiguió, corriendo chistoso.— Disculpa, ¿Sabes dónde está el aula B1?

—Oh...no lo siento, no sé dónde. Es mi primera vez aquí.

Viviendo juntos|| Hakkai × AngryWo Geschichten leben. Entdecke jetzt