💙5: Qué difícil es ser yo

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«Eres la gloria, Yaya», me dijo mi padre el día que nos despedimos

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«Eres la gloria, Yaya», me dijo mi padre el día que nos despedimos.

Después de firmar el contrato temporal, corrí a casa para hacer mis maletas e informar a mis padres. Iba tan emocionada, haciendo planes para mis días con Eternity que casi olvidé que era miércoles, día en que mis padres van de visita a mi casa. Por lo tanto, pasé a comprar algo de comida y, para cuando llegué, ellos ya estaban dentro. No me daría tiempo para cambiarme y estar más presentable para ella, así que, en la puerta, me quité las patillas, la prótesis de la nariz y la gorra.

Entré llena de alegría, les solté la noticia de golpe y mi madre perdió cualquier rastro de cordura.

—¿Sabes lo decepcionada que estoy? ¿Cómo te atreviste a hacerme esto? Eres una chica, Zhenya, no perteneces a ese mundo —gritaba caminando en círculos por la estancia.

—No entiendo por qué no, soy tan buena como ellos, si tan solo...

Pero no me dio oportunidad de seguir.

—Eso no importa, las mujeres no hacemos las mismas cosas que los hombres. Tu lugar está aquí.

» Incluso mira cómo vas vestida. Estás despeinada y sudada. ¿Has dejado de comer o por qué tu cara luce tan mal? —Exasperada sacudió la cabeza y me arrebató la gorra solo para tirarla al suelo—. Una señorita no andaría así por la vida. Si cuidaras tu aspecto, te maquillaras un poco o dejaras crecer tu cabello.

—Nunca seré lo suficiente para ti, no importa cuánto cambie.

Ese día tuve que decidir entre ella y mi futuro.

Así, con el ambiente cargado de tensión después de nuestra discusión, hui a mi habitación para empacar. Mi corazón latía con fuerza con una mezcla de frustración y determinación, las lágrimas amenazaban con emerger, apenas pude notar lo que metía en las maletas.

Para cuando terminé, volví a la estancia donde mi madre fingía ver la televisión mientras papá hacía el intento de hablar con ella, pero también fue ignorado. En cuanto me notó, se levantó de inmediato.

En silencio, me acompañó hasta la calle donde esperó a mi lado hasta que un auto llegó a recogerme. Pidió disculpas en nombre de mamá, diciéndome que la haría entrar en razón, me recordó lo orgulloso que está de mí y la confianza que tiene en que pronto Duan Zhenya sería una jugadora de ciberdeportes sin la necesidad de hacerse pasar por un hombre.

Me despedí de él con la promesa de que la próxima vez que volviera a casa, el mundo ya conocería mi nombre.

Lo miré mientras el auto avanzaba, hasta que desapareció de mi campo de visión. Cerré los ojos, visualicé mi futuro lleno de un mundo de posibilidades, rompiendo barreras, haciendo un cambio, porque creo en la igualdad de oportunidades y en el poder de las mujeres para lograr lo que quieran sin importar lo que digan los demás.

You Are My Glory (SGS#1)Where stories live. Discover now