𝖦𝖨𝖠 || Juani Caruso || Andradeverse²

𝖦𝖨𝖠

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𝗣𝗥𝗢𝗟𝗢𝗚𝗢

Había una vez dos pequeños mejores amigos llamados Juani y Gia, que pasaban sus tardes jugando en el patio. Juani hacía como que era un actor famoso y Gia era su maquilladora personal. En el colegio siempre hacían las tareas juntos, aunque era complicado, porque él se cambiaba de escuela muy seguido. De todas formas, ella siempre terminaba mandándose alguna cagada al poco tiempo de que su amigo se iba para que la expulsaran y sus padres la pasen al instituto de su compañero de macanas.

Juani y Gia eran inseparables. Y la mejor parte de su amistad, para ellos, era que cumplían años el mismo día. No había un solo cumpleaños que no festejaran juntos en un parque cerca de sus casas. Esa era otra cosa que les divertía de su amistad, vivían a solo unas cuadras de distancia, por lo que siempre se la pasaban jugando en la calle o en la casa del otro.

Los padres de Gia eran algo estrictos, no la dejaron tener un teléfono celular hasta que cumplió los 15 años, no siempre la dejaban ir a casa de Juani, por lo que la mayoría de las veces él iba a la suya e incluso había veces en las que directamente no lo dejaban pasar. Sin embargo, eso no impidió que ellos continuaran siendo amigos.

Pero no todo es color de rosas y menos en la vida de estos dos.

Llegado el momento de oportunidades laborales, el padre de Gia consiguió trabajo en Madrid, España, por lo que se tuvieron que ir del país.

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2 de Abril de 2012
Buenos Aires, Argentina

[Narrador Omnisciente]

Juani se levantó el día de su cumpleaños pensando que sería uno de tantos otros que tuvo e iba a tener. Era su decimotercer cumpleaños y él y Gia iban a ir al parque de siempre a hacer un picnic a lo humilde: un mantel viejo de Casandra (madre de Gia), galletitas Don Satur y unos mates amargos.
Preparó su mochila con lo que él llevaría al picnic y salió de la habitación al encuentro de sus padres y hermanos, quienes alegremente le desearon un muy feliz cumple y le dijeron que le enviara a Gia los mejores deseos de parte de ellos.

Salió de su casa y se dirigió al parque donde se encontraría con Gia. No era de esperarse que para cuando llegó, ella ya estaba ahí, con una canasta vieja que supuso que su abuela le había dado. Cuando lo vio, dejó la canasta sobre el pasto delicadamente y corrió hacia él para darle un gran abrazo.

-¡Feliz cumple, Juanini! -dijo sonriendo, lo que al chico le revolvió el estómago.

-Feliz cumple, Gigi -contestó, levemente sonrojado, mientras Gia se alejaba.

-Gracias -respondió, y le dio un pequeño beso en el cachete-. Vení, tengo el lugar perfecto para hoy.

Tomó su mano y salieron corriendo. A mitad de la corrida, Gia agarró con su otra mano la canasta y siguió con su recorrido hasta llegar al lugar que ella había reservado para ellos.
No era tan distinto al resto del parque, pero para ambos tenía un valor sentimental: era el sector de juegos, el lugar donde se habían conocido hacía ya nueve años atrás, allá por la primaria, en primer grado.

-Gigi, ¿no estamos grandes para venir a la parte de los juegos? -preguntó Juani, sin tomarse en serio que estuvieran allí.

-Acá nos conocimos, Juani -le soltó la mano y sacó de la canasta el mantel viejo de su madre-. Es nuestro cumpleaños número 13, quería que fuera especial...