Última Esperanza

Capítulo 12: El Grimorio Eterno del Tiempo, Lunaria.

Kaoru: (Con firmeza), ¡Voy por ti, Ryuu!

Con el poder del Limit Break liberado, Kaoru se lanzó hacia adelante con la lanza en alto, preparado para enfrentarse a Ryuu. Sin embargo, algo extraordinario comenzó a suceder mientras avanzaba hacia su objetivo.

Aetheria observó con asombro cómo una energía adicional se liberaba junto con el poder del Grimorio de la Creación. Reconoció de inmediato esa energía como parte de la Luna Azul, una fuerza misteriosa que había estado presente durante el entrenamiento de Kaoru.

Con una comprensión repentina, Aetheria recordó cómo esa energía había afectado a Kaoru durante el entrenamiento, potenciando su habilidad y aumentando su poder. Ahora, esa misma energía estaba fusionándose con la energía primordial de la lanza que Kaoru había creado, transformándola en algo completamente nuevo y poderoso.

La lanza brillaba con una luz intensa y celestial, emanando una energía que parecía resonar con el poder de la Luna Azul. Aetheria se dio cuenta de que Kaoru había creado algo más que una simple arma; había forjado la Lanza de la Luna Celestial, una herramienta imbuida con el poder de los seres primordiales y destinada a ser la clave de su victoria.

Kaoru avanzó con la Lanza de la Luna Celestial en mano, listo para desatar todo su poder sobre Ryuu y poner fin a la batalla de una vez por todas.

La lanza de la Luna Celestial atravesó el cuerpo de Ryuu con una precisión mortal, y en el momento en que el arma lo tocó, una explosión de energía se desató repentinamente. El poder del Grimorio del Tiempo contenido en el cuerpo de Ryuu fue liberado de golpe, desgarrando el tejido del tiempo y el espacio a su alrededor.

Una onda expansiva de energía temporal arrasó todo a su paso, distorsionando y destrozando la realidad misma. El tiempo se retorció y se deshizo en fragmentos caóticos, envolviendo a todos los presentes en una vorágine de caos y destrucción.

Kaoru, Aetheria, Luminaë, Ayumi, Elysia y todo lo que existía en ese lugar fueron consumidos por la devastadora fuerza de la explosión temporal. La ciudad, el mundo entero y todo lo que alguna vez fue, se desvaneció en la oscuridad de la nada, borrado de la existencia por el cataclismo desencadenado por el poder del Grimorio del Tiempo.

En un instante, todo quedó reducido a la nada, sin pasado, sin presente, sin futuro. El tiempo mismo había sido destruido, dejando solo un vacío infinito y sin forma en su lugar.

Después de todo lo sucedido, Kaoru se encontraba en un lugar desconocido, rodeado por un paisaje blanco y sin límites visibles. A pesar de su confusión y desorientación, se aferraba a los Grimorios de la Creación y de la Ilusión que tenía consigo.

Kaoru: (desorientado), ¿Dónde estoy? ¡Aetheria! ¡Luminaë!

Kaoru comenzó a gritar continuamente los nombres de ambas, pero su voz solo resonaba en el vacío infinito que lo rodeaba.

Cada palabra que gritaba Kaoru se perdía en el silencio, sin recibir respuesta alguna. Solo el eco de su propia voz le devolvía el sonido en ese extraño y desolado lugar.

Kaoru se sentía perdido y solo, sin saber qué camino tomar ni qué destino le esperaba en ese extraño mundo blanco.

De repente, una figura con una presencia que irradiaba serenidad y poder se materializó frente a Kaoru.

Lunaria: (con voz tranquila pero firme), Kaoru.

Kaoru, sorprendido por la aparición repentina de la chica, la miró con cautela, pero también con un destello de esperanza en sus ojos.

Kaoru: (con incredulidad), ¿Quién eres tú?

Lunaria: (con una suave sonrisa), Soy Lunaria, el Grimorio Eterno del Tiempo.