Capítulo 7: Entre la Realidad y la Ilusión.

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Kaoru se encontraba en medio de una feroz batalla contra Luminaë, pero se encontraba en clara desventaja. A pesar de sus esfuerzos por contraatacar, Luminaë se defendía con habilidad y agilidad, esquivando sus golpes y contrarrestando cada uno de sus movimientos.

Kaoru: ¡Maldita sea, Luminaë! ¡Detente!

Pero Luminaë parecía ajena a sus palabras, concentrada en su ataque. Utilizando su poder de ilusión, creaba imágenes engañosas que confundían a Kaoru y le impedían acertar un golpe efectivo.

Kaoru, frustrado y exhausto, luchaba por mantenerse en pie ante la arremetida de Luminaë. Por más que intentaba concentrarse y mantener la calma, la confusión y el miedo comenzaban a apoderarse de él.

Kaoru: Necesito encontrar una forma de romper sus ilusiones y hacerle frente de verdad...

Kaoru, desesperado por encontrar una forma de hacerle frente a Luminaë, decidió confiar en su propio ingenio y en el poder que había desarrollado. Con determinación, se deshizo de la espada que había creado y se concentró en invocar una nueva arma, una que fuera capaz de romper las ilusiones y enfrentarse al poder de Luminaë.

Con un gesto decidido, Kaoru cerró los ojos y canalizó su energía en el Grimorio de la Creación. Con cada respiración, sentía cómo el poder fluía a través de él, dándole fuerzas para materializar su nueva arma.

Decidido a hacerle frente a Luminaë y sus ilusiones, Kaoru invocó su alabarda, una creación impulsada por el poder de Aetheria. Con determinación en sus ojos, se enfrentó a la figura de Luminaë que se erguía ante él en el centro del parque.

Kaoru: ¡Luminaë, detente! Sé que no eres tú.

Luminaë, envuelta en su poder ilusorio, sonrió con malicia.

Luminaë: Oh, Kaoru, no comprendes. Todo esto es una ilusión, incluida yo.

Kaoru apretó con fuerza su alabarda, centrando su mente en el poder que emanaba de ella.

Kaoru: No importa. Si esta es solo una ilusión, entonces lucharé contra ella con todo lo que tengo.

Con un movimiento ágil, Kaoru se lanzó hacia adelante, su alabarda cortando el aire con gracia mientras se preparaba para el enfrentamiento. Luminaë respondió creando múltiples copias de sí misma, confundiendo la mente de Kaoru con su engaño.

Pero Kaoru no se dejó engañar. Con cada golpe y estocada, él se acercaba a la verdadera Luminaë. Con la alabarda como su guía, Kaoru cortó a través de las ilusiones, desafiando la realidad distorsionada que lo rodeaba.

Finalmente, después de un arduo combate, Kaoru logró desenmascarar a la verdadera Luminaë y asestar un golpe certero con su alabarda, disipando la ilusión que la envolvía.

Kaoru, respirando agitadamente, observó con curiosidad la luz que se elevaba hacia la luna azul en el cielo. A pesar de su cansancio y las heridas, la intriga lo embargó, generando preguntas sobre el significado de esa misteriosa luz y hacia dónde podría llevarlo.

Sin embargo, su atención fue abruptamente desviada cuando nuevas ilusiones de Luminaë surgieron a su alrededor, envolviéndolo en un enredo confuso de imágenes engañosas.

Kaoru: No, ¿otra vez?

Confundido ante la repetición de este fenómeno, Kaoru recordó que aún conservaba el grimorio de la ilusión. Decidido a enfrentar esta situación, concentró la poca energía que le quedaba y utilizó el poder de Luminaë para crear algunas ilusiones de sí mismo. Esperaba que estas distracciones pudieran darle la oportunidad de escapar de aquel lugar.

Kaoru: Será mejor que aproveche esto y me largue de aquí.

Kaoru se alejó rápidamente del parque, dejando atrás las ilusiones de Luminaë que lo habían rodeado. Después de un tiempo, encontró un lugar seguro para descansar y curar sus heridas.

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