Capítulo IV: Paripé

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Buenass, aquí os dejo el capítulo cuatro de esta historia. Antes quisiera hacer unas aclaraciones generales. Los capítulos narrados por Engen todas las conversaciones van a ser en castellano, incluso cuando ella hable, porque es cómo si contase la historia en su lengua pero se traduce al castellano. ¿Me entiendes no?, que disfrutéis este cap! Intentaré actualizar más pronto ❤!!

- Ingrid, deja de formar un paripé. ¿No te das cuenta que comer no cuesta nada? - fui incapaz de responder ante esas palabras tan ignorantes. Me limité a mirar hacia el suelo, y con la manga de mi sudadera, secar lágrimas que se escapaban de la comisura de mis ojos.

- ¿Ahora te pones a llorar para hacerme sentir mal?- no logro comprender cómo mi madre, la única mujer que debería verme como su todo, puede llegar a expresarse así, pensando que mi dolor, es para hacérselo sentir a ella.

- Encima el único día que tengo libre de la semana. Yo de verdad que alucino con tu forma de llamar la atención- parpadeé para alejar lágrimas. Quedé en silencio. ¿Qué respondo a eso?.

No habló más durante el trayecto, al menos me resigné a seguir escuchando sus quejas. Iba mirando los coches que transitaban por la avenida.

Pasamos frente al Camp Nou, y por un segundo desconecté. Observé mientras caminaba, todos los rincones de la entrada al campo. Es un estadio precioso por fuera y dentro. Con tan solo caminar por delante de él, sientes todas las lágrimas de emoción, la pasión y la alegría de todos los culés que alguna vez han estado allí dentro. Deseo ir a verles un día. Muero por conocer a Xavi, incluso tengo su equipación, la cual guardo con todo el cariño del mundo.

El Barcelona es el equipo de mi vida. Veo a los chicos desde que tengo uso de razón. Hace unos años, cuando mi padre aún estaba con nosotras, solíamos verlos. Los "Día de Partit", eran sagrados para nosotros dos. Horas previas al partido no se podía planificar algo. Ni salidas, ni nada. Y mucho menos en un partido de Champions o el clásico. Aunque de unos años hasta ahora, he tenido que seguir esta tradición sola. Es una de las cosas que mantienen ese vínculo que teníamos.

Llegamos al hospital y, antes de entrar, me sequé los ojos y pómulos, para después fingir buena cara. Aunque tenía una idea que me estaba perturbando la cabeza desde hace días.

Nos adentramos en recepción. Estaba algo vacío. Imagino que es debido a la hora. Le dieron a mi madre un ticket con la hora de consulta y sala. Apenas eran las 7:00 a.m., y la cita comenzaba a las 7:45 a.m.

Mientras caminábamos a las bancas que hay fuera de la sala, sentí como mi móvil vibró en el bolsillo de la bermuda. Lo saqué y encendí. En mi pantalla, vi uno de esos mensajes que me alegran el día.

- Bon día princess.

Sonreí tonta al celular. Todas las mañanas, Mapi y yo, nos enviamos un mensaje cuando despertamos. Si una de nosotras tarda más de media hora en responder, la otra le llama y le despierta. Es una dinámica que disfruto mucho hacer. La mayoría de las veces es ella la que me despierta a mi. El Instituto me agota demasiado y a veces no me percato del sonido de mi alarma. Es verdad que prefiero escuchar su voz en las mañanas antes que a mí despertador. Cuando me levanta, pone la voz muy tierna, y muero de amor. Es la mejor forma de comenzar el día. Ella.

Somos amigas, mucho, pero últimamente ese término no define lo que siento por ella. Mapi me atrajo desde el día que le vi por primera vez. Me parecía una chica con buen estilo y amigable, por eso aquel día me acerqué a hablarle. Tengo que admitir que, con el paso de las semanas y mientras nos hacíamos más unidas, esa atracción se convirtió en un gusto, un deseo. Y actualmente, es amor.

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⏰ Last updated: Apr 13 ⏰

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Daylight - Ingrid Engen y Mapi León. Where stories live. Discover now